La nieve se asoma hasta los 800 metros y deja entre 10 y 15 centímetros de espesor.
Los que pretendieron subir a esquiar, no pudieron, y quienes iba a utilizar algunas carreteras secundarias tuvieron que circular por otras debido a la nieve. Esas fueron las principales secuelas que dejó ayer la llegada a Cantabria del frente borrascoso que arrastra tras de sí una masa de aire polar, episodio que se mantendrá hasta el viernes. Para entonces se iniciará una nueva mejoría, pero mientras tanto vamos a seguir bajo ese régimen de ropa de abrigo obligada, bufanda y paraguas incluidos, porque las temperaturas serán bajas y los chubascos y la nieve van a ser frecuentes en toda la región.
La nieve se hizo presente, sí, aunque sin la fuerza ni cantidad necesarias como para causar excesivos problemas. Llegó a caer hasta la cota de 800 metros, pero en forma de agua nieve, como en Reinosa o Mataporquera, con lo que no daba tiempo a cuajar. Sí lo hizo en poblaciones situadas a mayor altitud o en estribaciones montañosas, como la Lomba, Caloca, Cotillos o Tresviso. En esas poblaciones, donde ayer se repetía la expresión de soportar un 'día de perros', las nevadas cubrían sus calles con entre 8 y 10 centímetros de nieve.
Otro tanto sucedía en Camaleño y Fuente Dé, hasta el punto de que para circular por la carretera que sube desde Potes fue necesario utilizar cadenas en los vehículos. Lo mismo que en los puertos como Piedrasluengas, La Sía o El Bardal, así como en la carretera de acceso a la estación invernal; de todos modos, Alto Campoo, que ayer acumuló otros 15 centímetros de nieve, no pudo abrir sus puertas debido a la escasa visibilidad y fuertes vientos que se daban en la zona. Anoche, la mayor afectación se daba en los puertos de Lunada, Palombera y Estacas de Trueba, cerrados a la circulación.
En este último, anoche tuvo que acudir una quitanieves para rescatar a los dos pasajeros de un vehículo que se había quedado atrapado por la nieve; el todo terreno de la Guardia Civil que iba a acudir en su ayuda no pudo subir debido precisamente a la cantidad de nieve que había en la carretera.
A última hora de la tarde de ayer, un gran argayo cortó la carretera entre Tudanca y Puentenansa, a la altura de la localidad de Rozadío.
Además, una granizada por la tarde en el municipio de Medio Cudeyo, a las 19.30 horas, provocó que dos vehículos quedaran cruzados en la A-8, a la altura de Heras.
En la mar, el temporal dejó olas de entre 5 metros (boya de Santoña) y 5,7 (Virgen del Mar).
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