La radiactividad en el mar japonés se dispara. En los alrededores de la central de Fukushima la yodina supera en 4.385 veces el límite legal, superando a la cifra récord de 3.355 veces registrada ayer en muestras de agua a 330 metros al sur de un desagüe cercano a los reactores 1 a 4 de la central. El primer ministro, Naoto Kan, por otra parte, ha reiterado que la central será desmantelada en cuanto sea posible, según ha declarado el líder del Partido Comunista japonés, Kazuo Shii.
Mientras continúan los esfuerzos por drenar el agua contaminada en la central, el Gobierno japonés, muy criticado por la gestión de la crisis nuclear, ha rechazado la recomendación del OIEA de ampliar la zona de exclusión nuclear de 20 kilómetros de la que hasta ahora ha evacuado a todos sus ciudadanos. La oficina atómica de la ONU había propuesto la medida después de que la contaminación en la localidad de Iitate, de 7.000 habitantes, situada a 40 kilómetros de la planta, desbordara los límites normales. "Una primera apreciación indica que ha sido sobrepasado uno de los criterios del OIEA", señaló ayer Denis Flory, subdirector de Seguridad Nuclear de la organización. La ampliación de la zona de exclusión habría supuesto el desplazamiento de unos 130.000 habitantes más, que se sumarían a los 70.000 ya evacuados.
El OIEA admite ahora que hay altos niveles de radiación fuera de la zona de exclusión
El órgano de la ONU tarda seis días en leer datos de Japón sobre Fukushima
El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) mostró también su preocupación por la contaminación existente en Iitate, un pueblo de 7.000 habitantes a 40 kilómetros al norte de Fukushima. El pueblo está fuera de la zona de exclusión de 20 kilómetros fijada por Tokio, aunque desde el jueves pasado el Ministerio de Ciencia de Japón ya publicó que había contaminación en el suelo por encima de lo autorizado. Casi una semana después de tener el valor en la web, el OIEA se dio por enterado. "Los primeros resultados indican que uno de los valores que justifican una evacuación según las recomendaciones del OIEA ha sido sobrepasado en Iitate", declaró el jefe de seguridad nuclear del Organismo, Denis Flory, en rueda de prensa. El OIEA ha sido muy criticado por el retraso con el que da la información.Los trabajos para refrigerar Fukushima se han encontrado frente a un dilema. Tienen que inyectar agua como sea para minimizar / ralentizar la fusión del núcleo de los reactores. Pero a la vez ese agua, muy radiactiva tras estar en contacto con el combustible dañado, se escapa por alguna fisura y queda almacenada en los edificios de turbinas. El resultado de ese círculo vicioso es que la radiactividad junto a la central dificulta enormemente los trabajos de recuperación, que se eternizan y durarán aún semanas.
Las dosis medidas en los edificios de turbinas junto a Fukushima son altísimos, especialmente en la del reactor 2, el que presumiblemente tiene el toro dañado.
La dosis medida allí fue de 1.000 milisievert por hora, 10 veces más de lo que un trabajador nuclear puede recibir en todo un año. Así no hay quien trabaje. El Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA) admite que ese agua "se supone que ha estado en contacto con barras de combustible fundidas y directamente liberada al edificio de turbinas por alguna vía aún sin descubrir". La muestra se tomó el 26 de marzo y Japón no sabe si es representativo de los 6.000 metros cúbicos que tiene la trinchera en la que se estanca el agua.
Así que, aunque no hay información directa del estado del núcleo, ya ha habido fusión (al menos parcial) y ha salido porque la contención se ha roto. Cuando el 11 de marzo se produjo el accidente, esto era lo que no podía pasar bajo ningún concepto, según la mayoría de expertos del sector atómico.
Japón ha pedido a Francia expertos en efluentes radiactivos para recoger el agua radiactiva, porque mientras siga ahí el trabajo es muy complicado. El control de Fukushima dura ya más de dos semanas y no se ve el final.
La eléctrica propietaria de la planta, Tepco, admitió ayer que los cuatro reactores más dañados son irrecuperables y tendrán que ser desmantelados. Tepco admitió así una obviedad, pero da muestra del retraso con el que Japón está asumiendo la gravedad del accidente. La eléctrica aseguró que es pronto para saber si la desmantelará completamente o si tendrá que cubrirla con un sarcófago al estilo de Chernóbil.
La agencia nuclear japonesa (NISA) todavía mantiene calificado el accidente como nivel 5 (en una escala de 0 a 7). La mayoría de los expertos internacionales opinan desde hace días que debería ser nivel 6 (accidente importante). Eso dejaría a Fukushima solo por detrás de Chernóbil en la historia nuclear. La continuidad de los dos reactores menos dañados, el 5 y el 6, dependerán probablemente de una consulta popular en la zona, según la web World Nuclear News.
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