A punto de cumplirse dos semanas del tsunami que asoló el norte de Japón, las cifras del desastre son: 9.737 fallecidos, 16.501 desaparecidos, 200.000 evacuados, 18.000 casas destruidas, 130.000 edificios dañados y 2.000 refugios temporales.
“Aquí todo el mundo está siguiendo el tema de la crisis nuclear y los medios han tenido un rol muy útil en su labor de informar, pero al mismo tiempo pensamos que la situación nuclear no debe distraer a la comunidad internacional de la seriedad de la crisis humanitaria y las necesidades que todavía están por cubrir”, explica desde Tokio el delegado en Asia oriental de la Federación Internacional de la Cruz Roja (FICR).
En la calle y pese a la amenaza por un desastre nuclear, los ciudadanos se han dado cuenta de que la desgracia ya les ha llegado a los nipones. “Es el momento de ayudar a la gente”, explica Chika Miyamori, una japonesa afincada en España. Más allá del peligro que supone la situación en la central de Fukushima-1, ya hay 200.000 evacuados por el tsunami. Ciudadanos que han perdido su casa, su coche, sus muebles, sus recuerdos y hasta la comida que tenían en la despensa.
Problemas en terreno
Además de haberse quedado sin casa, otros problemas acechan a los supervivientes. “Hemos tenido muchos casos de hipotermia y neumonía [en la zona afectada]”, explica Markus. También señalas que la atención psicológica tiene un hueco importante en su labor: “Es importante dar espacio a la gente para que saquen sus sentimientos, miedos y ansiedades”.
“El área de Japón afectada tiene una particularidad importante: la gente de la tercera edad es un sector significativo y más vulnerable en temas de supervivencia por lo que necesitan cuidados físicos y psicológicos muy concretos”. Para Markus, es importante tener en cuenta este dato.
La situación para todos los nipones es muy complicada, y como dice Fernán Izquierdo en su blog: “los japoneses parecen absortos en pensamientos lejanos”. Este español en Japón se ha paseado por el país durante los días posteriores a la tragedia. Fotos impactantes y textos que describen cómo ha cambiado el día a día de los japoneses.
Aunque ahora vive en Barcelona, Miyamori nació en el barrio de Setagaya (Tokio). La situación de la central de Fukushima “ya está bajo control, pero muchas ciudades han desaparecido”, explica todavía preocupada Miyamori. Junto con algunos compañeros de la escuela de negocios ESADE, ha puesto en marcha una iniciativa en Facebook para recaudar ayudas para los afectados por el tsunami, les está yendo bien, “en cuatro días recaudamos 4.000 mil euros”.
Propuestas en las redes sociales
La crisis que se vive en Japón ha dado lugar a muchas iniciativas. Particulares y ONG se han centrado en las redes sociales. Por ejemplo, una asociación realiza una donación de un dólar por cada ‘Me gusta’ en su página de Facebook, y muchas grandes compañías internacionales han llevado a cabo campañas de donación en internet.
Cuando la cifra de fallecidos se acerca a las 10.000 personas, Miyamori pide “que los líderes se responsabilicen”. Pese a que las muestras de apoyo internacional han sido muchas, desde Afganistán hasta Hungría o desde Australia a Rusia, el Gobierno nipón ha sido criticado por su lentitud a la hora de responder. “El Gobierno debería ayudar con la logística del transporte", puntualiza Takashi Yamamoto, un experimentado trabajador de ayuda humanitaria.
Cada ONG hace lo que puede
Sin embargo, muchas ONG se ha puesto en marcha. "Es el primer equipo de emergencia que hemos enviado a un país desarrollado", explican desde el departamento de prensa de la ONG PLAN, centrada en la infancia. Es una situación excepcional, Japón ha pasado de ser un país donante a ser un país receptor para muchos organismos. La misión de apoyo que han mandado desde PLAN estará allí entre tres y quince meses.
Pero no todos los organismos estaban preparados. Desde la Agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR), están llevando a cabo una recogida de fondos para la situación crítica que vive Japón, pero reconocen que no tienen almacenes allí. "Estamos colaborando con los organismos que trabajan allí, pero no estamos desarrollando ningún proyecto en terreno", explican desde las oficinas del órganismo en Madrid
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