Un problema con el sustentador del cable afectó a cuatro trenes con Cantabria y a 330 pasajeros
Una nueva avería en el tendido eléctrico afectó ayer a la circulación de trenes en la línea entre Santander y Palencia. Esta vez, el percance tuvo lugar al Norte de la provincia castellana. Entre Mataporquera y Aguilar de Campoo. La causa del contratiempo fue «un problema con el sustentador del hilo», según Adif, y como consecuencia, cuatro trenes y unos 330 pasajeros se vieron afectados. Este incidente sigue agrandando una larguísima lista de casos, cuatro en dos meses, y alimenta un poco más la perentoria necesidad de modernizar toda la catenaria.
La avería de ayer se produjo sobre las dos menos cuarto de la tarde, cuando el puesto de mando de Adif en Miranda de Ebro detectó un problema con un sustentador del cable que abastece de energía a los trenes en un punto sin precisar al Norte de la provincia de Palencia. Esta vez, la localización previa permitió avisar a Renfe Operadora, que puso en marcha el operativo para el transbordo de pasajeros con tiempo suficiente. De este modo, cuando el Alvia entre Santander y Madrid llegó a la estación de Reinosa los autobuses ya esperaban a los viajeros, si bien en este caso el traslado hubo de hacerse bajo la nevada que caía en aquel momento en la capital campurriana.
Los operarios de Adif solventaron el desperfecto a las 18.30 horas, y durante el tiempo que duró el trabajo se vio afectada la circulación de cuatro convoyes: dos Alvia y otros tantos de Media Distancia. Los pasajeros que viajaban en el Santander-Madrid tuvieron que tomar un autobús en Reinosa hasta Alar del Rey, donde les esperaba el Alvia que hacía el recorrido Madrid-Santander. Y los viajeros que venían en este tren fueron transbordados en autobús hasta la capital cántabra; entre tanto, y por operatividad, como señaló Renfe, los viajeros que iban a tomar en Santander el Alvia de las 18.50 horas fueron transbordados hasta Torrelavega para tomar allí el tren y evitar mayor retraso. Además, el operativo de Renfe incluyó el movimiento de los pasajeros de los trenes entre Santander y Valladolid, y viceversa, que se realizó entre las estaciones de Alar y Reinosa.
Quejas y medidas por aplicar
El incidente de ayer, con 330 pasajeros afectados, no es un hecho aislado en esta línea ferroviaria. Las averías, sobre todo a causa del precario estado de la catenaria, son una constante y cada vez con mayor frecuencia en los últimos meses, en los que la adversa climatología suele ser el causa principal. Bien es cierto que esta vez se ha producido fuera del tramo entre Santander y Reinosa, hasta la fecha el trecho que acumula la casi totalidad de las incidencias por averías eléctricas.
Ante la reiteración de las averías y el evidente mal estado del tendido eléctrico las pasadas semanas llovieron críticas desde todos los frentes sociales, políticos y sindicales, e incluso se alzaron voces y quejas desde la presidencia y vicepresidencia regional exigiendo una urgente intervención. El ministro de Fomento, José Blanco, llegó a transmitir a Miguel Ángel Revilla que daría las órdenes para iniciar los trámites que acabaran en la mejora de la catenaria; pocos días más tarde desde el Ministerio se anunciaban inversiones, aunque sin aportar plazos de finalización.
En referencia al tramo de la línea ferroviaria que transcurre por Cantabria, lo que se transmitió en Madrid al delegado del Gobierno y al consejero de Industria fue que se iba a renovar toda la catenaria: el tramo Mataporquera-Reinosa, que ya lleva varios meses de retraso, estará concluido antes del verano, y para entonces esperaba poner en marcha la renovación de los tramos Reinosa-Bárcena de Pie de Concha y Torrelavega-Santander. No obstante, aún no se han licitado ninguna de esas obras.
Entre tanto, los viajeros cruzan los dedos cada vez que usan el tren para no correr la misma suerte que el millar y medido de pasajeros que se vieron afectados por averías. El precedente más próximo se produjo justo hace un mes. Tres semanas antes hubo otro incidente. Y a final de año, otros dos casos. El peor fue el del día 26: los 148 pasajeros que viajaban en el Alvia que quedó retenido sin servicio eléctrico ni calefacción cerca de Cañeda, tuvieron que aguantar así tres horas con temperaturas de -13 grados.
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