olo los equipos de emergencia militares y expertos nucleares pueden entrar a la zona de Fukushima, donde se registraron fuertes explosiones en las centrales atómicas.
El gobierno de Japón se mantiene alerta nuclear debido a la peligrosa situación de cinco reactores de las dos centrales nucleares ubicadas en la prefectura de Fukushima, donde se han registrado fuertes explosiones tras el terremoto.
Las autoridades han evacuado de la zona unas 45 mil personas. Solo los equipos de emergencia militares y expertos nucleares pueden entrar en ella, recoge El País en su portal de Internet.
Las plantas afectadas de la empresa Tokyo Electric Power"s (TEPCO) son las Daiichi y Daini, situadas a unos 240 kilómetros de Tokio y separadas unos 10 kilómetros entre sí. La primera es, desde el primer momento, la que más preocupa, agrega.
Las autoridades reconocieron que hubo pequeños escapes radiactivos, aunque no suponen ningún peligro porque se encuentra acordonado un perímetro de 20 kilómetros a la redonda, indica.
Las autoridades japonesas tratan que el sistema de refrigeración del reactor cumpla su función y evitar así una explosión del propio reactor que desencadenaría un accidente nuclear fatal.
Según la Comisión para la Seguridad Nuclear de Japón, se ha detectado cesio radiactivo cerca de las centrales de Fukushima.
La emergencia nuclear declarada en Japón sigue el procedimiento de seguridad internacional para minimizar los daños que el terremoto haya podido causar a las instalaciones nucleares y garantizar que no se han producido fugas radiactivas, como ocurrió en la planta japonesa de Kashiwazaki-Kariwa que vertió al mar unos mil litros de agua contaminada tras el terremoto de 2007.
Las plantas nucleares poseen dos puntos especialmente débiles: el reactor, que debe mantenerse aislado y a una temperatura estable de unos 300 grados centígrados; y el sistema de refrigeración del mismo, que evita sobrecalentamientos que puedan derivar en una explosión, explica.
Es el riesgo que ha sufrido la planta atómica de Fukushima I, cuyo circuito de refrigeración ha sufrido una avería que ha provocado un fallo en la instalación.
Es una sucesión de acontecimientos similar a la que propició el accidente radiactivo de Chernobil en 1986, uno de los mayores desastres medioambientales causados por una central nuclear, señala.
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