El Ejército de EE UU proveerá de agua para refrigerar Fukushima.- El reactor 3 podría presentar una fisura.- Dos viajeros procedentes de Tokio llegan a China con niveles de radiación "seriamente excesivos"
Los niveles de radiactividad comienzan a ser preocupantes en Japón, no sólo porque comienzan a llegar a lugares alejados, como la capital, a través del aire, el agua y los alimentos, sino porque el radio contaminado alrededor de la central de Fukushima 1 -a 240 kilómetros al norte de Tokio- comienza a ampliarse. Esta madrugada, hora española, así lo ha confirmado el canal de televisión japonés NHK, que ha informado de que los niveles superan los límites permitidos en seis prefecturas: Fukushima, Ibaraki, Chiba, Saitama y Tochigi. Además, el ministro portavoz, Yukio Edano, ha animado a los habitantes que viven en el tramo que está entre 20 y 30 kilómetros de distancia de la planta a que abandonen sus casas y se dirijan a los refugios habilitados por el Gobierno, que ya acogen a los evacuados anteriormente (los que viven en un radio de 20 kilómetros).La lucha para controlar la emisión de radiación desde la central, dañada tras el terremoto y posterior tsunami hace dos semanas, continúa sin mucho éxito. Las últimas noticias publicadas por la agencia Kyodo indican que el ministro de Defensa ha confirmado que el Ejército estadounidense van a colaborar en la inyección de agua para tratar de enfriar los reactores. El más peligroso continúa siendo el reactor 3, cuyo interior no sólo aloja uranio sino también plutonio. El New York Times, citando a Hidehiko Nishiyama, director general operativo de la Agencia Japonesa de Seguridad Nuclear e Industrial, indica que la vasija de contención podría tener una brecha, lo que eleva el nivel de peligrosidad.
La elevada radiactividad dificulta los esfuerzos de los operarios para restablecer la refrigeración en algunas áreas de la central nuclear de Fukushima, donde se ha detectado agua con una radiación 10.000 veces superior a la normal. El Ejército de EE UU proveerá de agua para ayudar a enfriar la planta, según ha informado esta madrugada la agencia nipona Kyodo.
El miedo a la radiactividad en el aire, el agua y los alimentos, y la posibilidad de que se produzca un nuevo terremoto han sembrado la ansiedad en Tokio. Los residentes de la capital se abalanzaron ayer sobre los supermercados e hicieron acopio de agua mineral, después de que el miércoles pasado las autoridades aconsejaran que no se dé agua del grifo a los niños pequeños porque habían sido detectados niveles de radiación más de dos veces superiores a lo permisible para los bebés. Algunas tiendas comenzaron a racionar el agua, la leche, el arroz y otros productos.
La alerta comienza a extenderse a los países vecinos, que han comenzado a prohibir la importación de productos japoneses procedentes de la zona donde se encuentra la central. El último en sumarse ha sido Corea del Sur, que lo ha anunciado a primera hora de hoy (hora española). Por otro lado, China ha anunciado que han llegado a su territorio dos japoneses cuyos niveles de radiactividad "exceden los límites seriamente", informa REUTERS. La agencia de Aduanas han confirmado que los dos japoneses procedían de Tokio, y han llegado en avión a Wuxi, una localidad en el este de China y que están recibiendo tratamiento médico.
l Gobierno dijo ayer, sin embargo, que la radiactividad en el agua había vuelto a niveles normales en Tokio, pidió a la gente que no acopie productos y envió trabajadores a distribuir agua a las familias de los 80.000 niños menores de un año registrados en la ciudad. Pero también aseguró que habían sido detectadas cantidades elevadas de isótopos en el agua en las vecinas prefecturas de Chiba y Saitama. El Gobierno metropolitano de Tokio afirmó ayer que impulsará la distribución de botellas adicionales de agua mineral tanto en Tokio como en las ciudades satélite.
La amenaza de radiactividad y contaminación en comida y agua, y las continuas réplicas de temblores de tierra han sumido a los habitantes de Tokio en un estado de ansiedad. La sucesión de noticias negativas y positivas continúa provocando inquietud entre los ciudadanos, algunos de los cuales están pensando en dejar definitivamente su trabajo y su casa en la capital y mudarse al sur del país. Es el caso de Hiroyuki Takizawa, un joven de 27 años, que trabaja en el sector inmobiliario. "Muchos de mis amigos se fueron la semana pasada de Tokio. Algunos incluso se fueron al extranjero con la excusa de unas vacaciones. El problema de Fukushima, la radiación en la comida y el agua me asustan. Además, está la amenaza de que se produzca un gran terremoto en el futuro en la zona de Tokio. Mucha gente no sabe qué hacer. Yo, tampoco. ¿Debo quedarme, trabajar y contribuir a la economía? ¿O debo irme al sur?", dice este joven, que vive en Chiba.
Takizawa asegura que, aunque sus padres no quieren irse de Tokio, él y su mujer están pensando dejar sus trabajos y mudarse a Osaka o Nagoya. "Mi cuñado vive en Kobe y puede ayudarme a buscar un empleo", afirma.
Reconstrucción
Mientras tanto, las labores de apoyo y rescate a los cientos de miles de damnificados por el terremoto y el tsunami han experimentado un fuerte impulso. La ayuda está fluyendo y los servicios de telefonía, electricidad y bancarios están volviendo, en algunos casos mediante unidades móviles. A pesar de ello, 660.000 familias continúan sin agua corriente y 209.000, sin electricidad. En la catástrofe murieron 10.019 personas y 17.541 están desaparecidas, según los datos oficiales de esta madrugada.
Responsables de la industria naviera aseguraron que algunos barcos mercantes han comenzado a evitar el puerto de Tokio como precaución ante una posible exposición a radiación.
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