domingo, 20 de marzo de 2011

AHORA TOCA EL HAMBRE Y LA ENFERMEDAD A LOS DAMINIFICADOS DE JAPON

Arrodillado sobre una cama de cartón en una escuela convertida en refugio, uno de los supervivientes de la catástrofe de Japón lucha contra los dolores y la enfermedad. "Tengo muchos dolores de estómago, pero me dicen que no hay medicinas para tratarme", explica este anciano de 69 años.
Como él, miles de japoneses luchan ahora contra dos nuevas lacras: el hambre y la falta de medicamentos. Son los supervivientes del terremoto y el tsunami, que luchan ahora contra el frío, la escasez de alimentos y las condiciones de insalubridad en las que se encuentran tras haberlo perdido todo.
Según publica el diario británico 'The Daily Telegraph', los médicos aseguran que muchos tienen más riesgo de morir, debido a sus enfermedades y a la situación de estrés, la falta de calefacción, de los alimentos y la depresión.
En otra parte, en la ciudad de Ishinomaki, donde han sido rescatadas dos mujeres tras nueve días bajo los escombros de su casa, está Chikako Abe, un ama de casa de 66 años, que se encuentra al borde sucumbir por el estrés y la ansiedad que vive el que lo ha perdido todo: "A menudo sientes que no puedes seguir adelante", afirma con lágrimas en los ojos.
"No puedo dormir por la noche y tengo pesadillas. Luego, durante el día, todo es tensión", añade mientras observa desde la ventana su ciudad devastada. "Tenemos una rebanada de pan para el desayuno, pero a menudo se lo dan a los niños que lo necesitan más que yo", explica desde el refugio.

Miedo a la gripe

La amenaza más peligrosa para los ancianos que han sobrevivido de acuerdo con el Doctor Masaru Yanai, un médico de medicina pulmonar, es que haya un brote de gripe. "Al principio, el mayor problema ha sido tratar por hipotermia a todas las personas que quedaron atrapadas por el tsunami", dijo.
"Pero ahora, más de una semana después del terremoto estamos viendo casos de neumonía, asma y bronquitis crónica. También hay una gran cantidad de pacientes con enfermedades crónicas que no pueden obtener los medicamentos que necesitan, tales como la diabetes", añade.
Según un informe, al menos 11 japoneses han muerto por hipotermia tras sobrevivir al tsunami. Se estima que unas 452.000 personas se encuentran viviendo en refugios. Los médicos y personal sanitario están haciendo todo lo posible para proporcionar atención a los más débiles, pero carecen de medicamentos y de personal, mientras que los servicios de emergencia ni siquiera han sido capaces de llegar a algunas de las poblaciones más remotas de la región.
Ishinomaki no tiene energía, no hay agua corriente, ni combustible, y tampoco se les puede hacer llegar comida o medicamentos. Lo único que pueden hacer por ellos es pedirles que se mantengan calientes e intenten comer poco pero varias veces para mantenerse fuertes, algo prácticamente imposible ante la falta de suministros. Son las nuevas catástrofes a las que se enfrenta Japón.
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