lunes, 14 de marzo de 2011

ESPLOTA EL SEGUNDO REACTOR EN LA PLANTA NUCLEAR DE JAPON

Las dos explosiones registradas ayer en Japón en el edificio del reactor tres de la central Fukushima 1 dejaron al menos nueve heridos, entre ellos seis soldados, anunció el operador Tokyo Electric Power, Tepco.
La posibilidad de fugas radiactivas importantes es “escasa” después de las explosiones de hidrógeno, declaró el portavoz del Gobierno japonés, Yukio Edano.
Antes de las explosiones la planta nuclear en Tokai, en la provincia de Ibaraki, norte de Tokio, sufrió problemas en su sistema de refrigeración a consecuencia del terremoto del pasado viernes, informó la agencia local Kyodo.
Se trata de la tercera central japonesa, junto a las de Fukushima y Onagawa, que registra algún tipo de incidente tras el fuerte seísmo del viernes, que alcanzó una magnitud de 9 grados en la escala Richter y devastó con un tsunami la costa nororiental de Japón.
Según fuentes de las autoridades de Ibaraki citadas por Kyodo, uno de los dos sistemas de refrigeración de la planta número 2 de Tokai se paralizó, aunque el otro funciona con normalidad, por lo que no se prevén problemas para el reactor nuclear.
La planta operadora es Japan Atomic Power, que consideró posible evitar el sobrecalentamiento del reactor mediante ese segundo sistema de refrigeración.
El terremoto de este 11 de marzo produjo la paralización automática de once de las 51 centrales nucleares que hay en Japón.
Alerta
En una de ellas, en Fukushima, el nivel de radiactividad se elevó ayer por encima del permitido, entre el temor a una fusión del núcleo en alguno de los reactores de la central 1 por causa de un bloqueo en su sistema de refrigeración.
El Gobierno nipón dijo que los esfuerzos se centran en rebajar la temperatura de dos de los seis reactores de agua en ebullición de la central, el 1 y el 3.
El Organismo Internacional de Energía Atómica, OIEA, en Viena, informó ayer que las autoridades japonesas declararon el estado de emergencia nuclear para otra planta atómica, en Onagawa, debido a su elevado nivel de radiactividad.
Japón comunicó al OIEA que la operadora de la central nuclear de Onagawa, Tohoku Electric Power Company, ha fijado el nivel de alerta de esa central en uno, el más bajo de una escala de siete.
Las autoridades niponas dijeron al organismo de la ONU que “los tres reactores en la planta nuclear de Onagawa están bajo control”.
Medidas preventivas
Aunque la exposición masiva a la radiación pudo evitarse en la central japonesa de Fukushima, vapores y elementos radiactivos se escapan a la atmósfera desde el sábado, lo que representa un riesgo de contaminación para las poblaciones aledañas.
La nube de gases radiactivos que parecía desplazarse ayer hacia el Océano Pacífico con los vientos del norte y noreste está constituida principalmente de yodo y cesio, según expertos entrevistados por la AFP.
Después del terremoto que sacudió a Japón el viernes, las autoridades evacuaron cientos de miles de personas en los alrededores de la central de Fukushima.
En un principio la evacuación tuvo un radio de 3 km, pero a medida que la situación evolucionaba el radio se extendió a 10 km y luego hasta 20 km, explicó Olivier Gupta, director general de la Autoridad de Seguridad Nuclear, ASN, en Francia.
De este modo, únicamente los expertos y los bomberos que trabajan en la zona de peligro correrán el riesgo de exponerse a la radiación.
Síntomas
Estas personas podrían enfermarse en las semanas o en los meses siguientes, o hasta podrían presentar vómitos en las siguientes 24 horas, dependiendo de la dosis de radiación recibida.
La médula ósea es la parte del cuerpo que resulta más dañada tras las radiaciones, por lo que será necesario hospitalizar a los pacientes para practicarles transfusiones. “Pero si la dosis fue muy fuerte, (los pacientes) morirán”, aseguró el profesor Patrick Gourmelon, director de la sección de radioprotección del hombre en el Instituto francés de Radioprotección y de Seguridad Nuclear, IRSN.
“Para el resto de la población, la exposición a elementos radiactivos podría provocar cánceres (en la sangre, pulmones, colon...) de una gravedad proporcional a la dosis absorbida”, agregó. “Para proteger a los civiles disponemos de tres armas: la evacuación, el aislamiento y el yodo”, explicó el profesor Gourmelon. El aislamiento, que es muy eficaz mientras se prepara una evacuación, consiste en evitar al máximo el contacto con las partículas contaminadas.
De preferencia, la gente deberá instalarse en los sótanos, con las puertas y ventanas selladas con cinta adhesiva y apagando cualquier climatización y calefacción.
“Se trata de evitar que las partículas penetren en los pulmones y en el tubo digestivo”, explicó el médico, quien agregó que también existen formas externas de contaminación a través de la piel.
“En caso de contacto radiactivo con la piel basta con tomar una buena ducha, pero sin frotar para que no penetren las partículas”, agregó.
Autoridades sanitarias
Pero la medida más importante que tomarán las autoridades será la distribución de pastillas de yodo para evitar el cáncer de la tiroides, principalmente entre los jóvenes, niños, bebés y mujeres embarazadas o que amamantan.
“Este producto, que es muy volátil, se adhiere literalmente a las tiroides. Si se saturan las tiroides con el yodo limpio, se evita que el yodo radiactivo se adhiera”, dijo el profesor. El problema es que se debe actuar a tiempo: de preferencia una hora antes de la emisión de partículas contaminadas. Hacer esto es posible en Japón, puesto que las bocanadas son emitidas voluntariamente para disminuir la presión del reactor. Si el yodo se aplica “durante las siguientes 24 horas también funciona, pero sólo protege a un 25%”.
Los elementos radiactivos absorbidos por el cuerpo serán eliminados a través de la orina.
“La radiación ni se ve ni se huele, pero sus efectos son a largo plazo y dañarán la salud y el medio ambiente durante años”, así describe las consecuencias del accidente nuclear ocurrido en la central japonesa de Fukushima el radiobiólogo español Eduard Rodríguez-Farré.
En una entrevista con Efe, Rodríguez-Farré, del Instituto de Investigaciones Biomédicas de Barcelona, aseguró hoy que colegas científicos ya han medido contaminantes como el yodo o el cesio en la radiación liberada en Fukushima.
La central nuclear japonesa ha sufrido ya la fusión parcial de dos de sus reactores por la falta de refrigeración a raíz del terremoto y el maremoto que han azotado el país.
Erupción de volcán
Un volcán en el sur de Japón ayer volvió a arrojar cenizas y piedras, en un momento en que el país trata de sobreponerse al terremoto y el tsunami ocurridos en el norte, informó una agencia del Gobierno.
La Agencia Meteorológica emitió el domingo una advertencia, en la que señaló que el volcán Shinmoedake reanudó su actividad después de permanecer tranquilo un par de semanas.
La montaña está en la isla de Kyushu, a unos 1,500 kilómetros (950 millas) del epicentro del terremoto de magnitud 9 y del tsunami posterior que arrasaron con buena parte de la costa nororiental de Japón.
Se desconocía si las erupciones estaban vinculadas con el sismo. Japón se ubica sobre el llamado “Anillo de Fuego”, un círculo de zonas activas en el que son comunes los movimientos telúricos y las erupciones volcánicas.
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