La conjunción del agua con fuertes rachas de viento provoca la caída de árboles y la formación de peligrosos torrentes.
El intenso aguacero de la tarde de ayer desató la alarma en
la ciudad de Palencia, ya que trajo hasta la memoria las inundaciones
ocurridas el 15 de julio de 1997 en el barrio de Pan y Guindas. Los
bomberos de la capital tuvieron que efectuar numerosas salidas para
limpiar ramas de árboles derribadas por la fuerza del viento y la lluvia
y también para desatascar arquetas que estaban provocando que anegasen
vías y subterráneos. Pero su mayor preocupación era el estado del arroyo
de Villalobón, que, sin embargo, a pesar de la cantidad de agua caída,
mantuvo un nivel estable durante todo el tiempo.
Por su parte, en Carrión, el agua inundó la planta baja de
la residencia de Nuestra Señora de las Mercedes y afectó a la zona del
salón comedor, sin que causara grandes daños. Según informaron desde el
centro, no es la primera vez que la zona baja del edificio resulta
anegada cuando se producen aguaceros de cierta intensidad. Los bomberos
de Saldaña y de Frómista se repartieron las tareas de achicar agua en la
residencia y en varias calles de Carrión, donde los colectores se
vieron desbordados. Posteriormente, se desplazaron a Olmillos, donde
tuvieron que intervenir también para achicar agua en los garajes de un
bloque de viviendas, según informa el coordinador de bomberos, Gerardo
Abia.
El vendaval que acompañó a la tormenta derribó árboles y
provocó el corte de la carretera C-615 (Palencia-Guardo) a la altura de
Villoldo, donde dos árboles cayeron en la calzada sobre las 20:15 horas.
Una vez retirados, se reabrió al tráfico. También a causa de la caída
de un árbol a las 18:30 horas estuvo cortada la carretera P 991, a la
altura de Husillos. Los servicios de mantenimiento de carreteras se
movilizaron ayer por numeroso tramos de vías para limpiar las calzadas
de ramas arrancadas por el aire.