Un total de 35 refugiados birmanos han muerto y
más de un centenar están heridos, seis de ellos de gravedad, debido a
un incendio declarado el viernes en un campamento de refugiados de Mae
Surin, en la provincia de Mae Hong Son, a unos 900 kilómetros al norte
de Bangkok.
El fuego ha dejado sin hogar a otros 2.300 refugiados que han pasado las dos últimas noches a la intemperie.
"El balance total de muertos es de 35. Ha habido confusión sobre el
recuento de cadáveres", ha explicado Palawat, en referencia a los datos
difundidos anteriormente que hablaban de hasta 42 fallecidos.
El fuego comenzó en torno a las 16.00 horas del viernes en el
campamentod e Mae Surin, donde vivían unos 3.000 refugiados, la mayoría
birmanos de etnia Karen que huyeron de su país debido a los combates
entre el Ejército y las milicias insurgentes.
En unas dos horas las llamas fueron controladas, pero ya habían
destruido unos 420 cobertizos que ardieron con mucha facilidad, ya que
habían sido construidos con bambú y hojas. Las autoridades tailandesas
han prohibido la construcción de otro tipo de edificaciones porque
consideran que no se trata de un asentamiento definitivo, pese a que
lleva en el lugar casi tres décadas.
Tras el incendio, las autoridades y organizaciones no
gubernamentales han entregado planchas de plástico y herramientas para
construir tiendas de campaña y los ancianos y niños han sido acogidos
provisionalmente en las iglesias y colegios de las localidades cercanas.
También la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha
movilizado dos equipos y material para levantar 800 tiendas de campaña.
Fuentes del Ejército tailandés han explicado que la alta cifra de
víctimas se debe a que el fuego afectó al hospital del campamento, donde
había numerosos pacientes que no pudieron ser evacuados a tiempo.