sábado, 4 de diciembre de 2010

HOTEL SUITE BARAJAS:HAN LLEGADO LOS SOLDADOS DE LA UME

-Centenares de pasajeros pernoctan en el aeropuerto de Barajas donde se dejan ver los militares de la Unidad Militar de Emergencias.
                                   
Una y media de la mañana y el coro "Mansil Nahar" (Manzanares del Real, en árabe) comienza su improvisado concierto junto a la cafetería Medas de la T-4 del aeropuerto de Barajas: "El ruido del establo le impide dormir, Jesús se despierta y empieza a reír". La letra es paradójica, aquí lo que impide dormir es el atronador sonido de los altavoces anunciando que "debido al abandono masivo de sus puestos de trabajo de los controladores aéreos...". ¡La huelga! Cada 15 minutos el altavoz insiste: "debido al abandono masivo...".
Consuelo Navas es una de las voces del coro: "Al principio nos creíamos que era una broma, no nos informaban.Llegamos a las 6 de la tarde para coger el vuelo a las nueve de la noche. Pero después nos enteremos que había huelga... no hay derecho". Consuelo, junto a sus 29 compañeros de Manzanares del Real (Ciudad Real), esperaba estar durmiendo a estas horas en un hotel de Londres donde el domingo tenían previsto dar un concierto en una iglesia católica de Notting Hill. "Nos han dicho que mañana podremos volar pero... no sé, no sé".
Al otro lado del aeropuerto, en la última esquina, dos jóvenes se aprestan a dormir. Iphone cargándose, chupas de cuero como sábana, revista para taparse de la luz... Se recomponen cuando se acercan periodista y fotógrafo. Son de Barcelona, Irene y Jason (20 y 25 años). Vinieron a Madrid al concierto de "King of Leon" y mañana se irán en AVE. "La verdad es que la compañía aérea nos ha tratado bien [es Vueling]. Ya nos ha devuelto el dinero, y mañana cogeremos el tren a Barcelona". Se lo toman con humor, ni siquieran han pedido dormir en un hotel. Eso sí hacen los cálculos: "El billete de avión nos costó 136 euros a los dos, ida y vuelta. El tren, sólo a Barcelona, 220 euros". Las cuentas no le salen del todo.
Colas en el McDonald's por una "con queso y un café", algún saco de dormir tirado en la terminal de salidas de un mochilero, parejas abrazadas, impulsivos lectores,... y, de repente, un grupo de 30 marinos. Sí, marinos. En tierra y sin avión. Todos duermen excepto Nelson Arita, de Honduras. Como sus compañeros lleva un viaje de 48 horas en el cuerpo: "Tegucigalpa-San Salvador-Miami-Madrid..." y esperaban llegar hoy a Génova donde les espera un barco de cruceros para zarpar. "Comenzamos el contrato el 3 de diciembre, el barco sale el 17 de enero". No se lo cree,... "Al principio creíamos que era por temas de seguridad...luego ya nos explicaron que era una huelga".
En general la situación es de calma, salvo alguna cola prolongada ante el mostrador de atención al cliente de Iberia. El grueso de los pasajeros decidieron pernoctar en hoteles de la ciudad.
La UME reparte agua, mantas y bocatas de jamón
Sin armas, con cajas de mantas y botellas de agua (fresquita). Así llegó a la Terminal 4 del aeropuerto de Barajas el Ejército para atender la situación generada por la huelga de controladores. "Nuestra misión es atender a las personas que se queden esta noche en el aeropuerto. Repartiremos las mantas, el agua, también hay una zona de descanso habilitada para los pasajeros donde tienen bocadillos y les pueden atender personal sanitario", relata el coronel Montenegro,al mando del grupo de militares de la Unidad Militar de Emergencias (UME) que, con base en Torrejón de Ardoz, ha desplegado a 25 soldados en el aeropuerto de Barajas.
Efectivamente,en una sala aguardan seis sanitarios del Samur que todavía nohan tenido que atender incidencia alguna. La situación en el aerpouerto a las cuatro de la mañana es de tranquilidad. Pasajeros durmiendo en sus instalaciones pero sin la masificación que se podía prever a las ocho de la tarde cuando el aeropuerto madrileño se convirtió en un hervidero de pasajeros cabreados por la huelga de controladores. "Lástima que hayan cerrado las tiendas", asegura uno de los pasajeros, al tiempo que se acurruca en su saco de dormir.¿Saldrán mañana? "No sabemos, a las 11 de la mañana veremos".
Algunas colas sí que hay todavía en los mostradores de atención al cliente de Iberia. "No hay derecho a que unos señores que ganan en un mes, el doble de lo que yo en un año puedan amargarnos la existencia", asegura Andrés, otro de los pasajeros cabreados.
A Kotsue, japonesa veinteañera, la historia no le hace ni pizca de gracia. Tenía que coger su avión para Santiago de Chile, no obstante con resignación oriental se tumba en el suelo a echar una cabezadita