Salvamento Marítimo suspendió a última hora de ayer el operativo de búsqueda en la bahía coruñesa tras el naufragio de un velero a pesar de mantener todavía dudas sobre la existencia de un desaparecido en aguas del Orzán. El organismo dependiente del Ministerio de Fomento aplica el protocolo en estos casos, que marca el límite de búsqueda en 48 horas y lo aplaza hasta dentro de 8 o 9 días, cuando se volverá a realizar una nueva batida. El capitán marítimo de A Coruña, Gustavo Ortega, explicó que se está siguiendo el protocolo bajo la hipótesis de que hay un desaparecido en aguas coruñesas, ya que existen testigos presenciales del accidente que indicaron haber visto a dos personas dentro del barco, aunque el tripulante Jan Antoni Landsman, que murió en el naufragio, salió solo el viernes del puerto de Cedeira. De lo contrario, indicó Ortega, el operativo ya se habría suspendido el mismo domingo. Lo que sí encontraron ayer por la mañana los buzos de los bomberos fue el motor de la embarcación y la lancha fuera borda en la que había sido rescatado Landsman la pasada semana por los servicios de emergencias.
El cuerpo sin vida de Landsman, polaco de nacionalidad británica, fue rescatado el domingo después de que su embarcación chocase contra las rocas de la Casa de los Peces y las olas hiciesen que el velero quedase completamente volcado. Una limpiadora del acuario coruñés, María Teresa Gestal, vio desde la cristalera del museo a dos personas a bordo, aunque Ortega destacó que «existen versiones contradictorias sobre el suceso».
Lo que sí parece claro, según indicó Ortega, es que la causa del accidente se debió a varios factores. «El desconocimiento de la zona, el equipamiento precario del barco y la ausencia de información cartográfica», resumió. Todo indica que Landsman era un vagabundo sin experiencia en el mar que quería llegar a Grecia. Es por ello que la Guardia Civil ha puesto el caso en conocimiento de los consulados del Reino Unido y Polonia para ver si algún familiar se hace cargo del cadáver.
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