martes, 11 de enero de 2011

LAS GRAVES INUNDACIONES DE AUSTRALIA OBLIGAN A DESALOJAR LA CIUDAD DE BRISBANE

*Los equipos de rescate buscan a 66 desaparecidos por riadas gigantes en el noreste del país.- 14 últimas muertes elevan a 25 el total de víctimas mortales.

Las trombas gigantes de agua que sacuden a Australia desde ayer han puesto en máxima alerta al Gobierno de Brisbane, la ciudad más afectada del país y con más de dos millones de habitantes. Las autoridades han alertado de la gravedad de la situación y han empezado a evacuar varias zonas ante las previsiones de que las aguas aneguen completamente su superficie.

Entre el lodo y el agua, Australia busca hoy a 66 personas desaparecidas tras las graves inundaciones que se generaron ayer y que anoche pasaron por 20 pueblos del Estado de Queensland, al noreste del país. "Tenemos nueve muertes confirmadas en este momento, pero esperamos que la cifra aumente y el incremento puede ser muy grande", ha admitido la jefa del Gobierno del Estado de Queensland, Anna Bligh, que ha elevado en cinco la última cifra de cuatro víctimas difundida ayer, cuando había además seis desaparecidos.
Sin embargo, la Policía de Queensland ha confirmado el hallazgo de cinco cadáveres más en Lockyer Valley que se suman a los nueve confirmados por la primera ministra estatal, con lo que asciende a 25 el total desde diciembre por las peores riadas en cinco décadas.
Entre los últimos nueve fallecidos, informa The Australian, se encuentra un niño, que es la primera víctima mortal en Ipswich, cerca de la capital del Estado, Brisbane. "Lograron rescatar a la madre, pero no pudieron sacar al niño (fuera de la riada)", ha señalado Bligh, que ha añadido que "la nación tiene que prepararse para el hecho de que el numero de muertos por las riadas aumentará". Los equipos de rescate buscan a la desesperada supervivientes de la ola gigante, que alcanzó los dos metros y que las autoridades calificaron ayer de "tsunami terrestre".
El vídeo de la tromba difundido ayer por la cadena ABC mostraba imágenes escalofriantes, con el muro de agua llevándose a su paso la localidad de Toowooba. Hoy, The Australian publica un reportaje sobre esta "ola que nadie supo que venía". "Confiamos, y rezamos por ello, en que la mayoría sean encontradas sanas y salvas, pero dadas las circunstancias, estamos muy preocupados por los desaparecidos", ha añadido Bligh.
Temor a que se repita la tragedia de 1974
Hay familias enteras entre los desaparecidos, y tanto la Cruz Roja como los equipos de rescate no han podido llegar aún a algunas de las áreas más devastadas en los alrededores de la ciudad de Toowoomba. A estas horas, una pared de agua, que en algunos puntos supera los ocho metros de altura, continúa bajando por el valle del río Lockyer en Queensland y arrastra todo lo que encuentra a su paso, como casas intactas que se ven bajar por la riada en las imágenes de televisión. Los meteorólogos creen que los aguaceros continuarán en las próximas horas, y se está intentando evaluar cuál será el impacto de las inundaciones cuando éstas lleguen al embalse de Wivenhoe. Cuando se llegue al límite de la capacidad de la presa, no será posible contener el agua que libere el río Brisbane, que pasa por el centro de la ciudad homónima, la tercera mayor de Australia.
El río se ha desbordado ya a su paso por Brisbane, donde miles de ciudadanos intentan salir a pie de los barrios bajos para escapar de las riadas. Las autoridades habían comenzado varias horas antes a evacuar algunas comunidades de la capital y varias zonas de la propia ciudad ante las previsiones de que las aguas aneguen completamente su superficie a lo largo de esta semana, según ha indicado el alcalde, Campbell Newman. En el norte de la capital, la Policía ha solicitado a los residentes de West End, Strathpine y Caboolture que abandonen sus casas y se dirijan a las zonas altas, informa The Australian.
En el este, los vecinos de Ipswich están siendo realojados en varios albergues ante la posibilidad de que las aguas del Bremer superen también sus niveles normales. En Lockyer Valley, la población fue evacuada ayer, con la llegada de las primeras inundaciones a Brisbane. En la capital, parte del centro y algunos distritos ya han sido desalojados. En las áreas altas sigue funcionando el transporte público.
Las autoridades han pedido al resto de los habitantes de la ciudad que se queden en casa y eviten conducir para que no se repita la tragedia de 1974, cuando 14 personas murieron, 300 resultaron heridas y 6.700 casas quedaron anegadas en otras inundaciones. La primera ministra australiana, Julia Gillard, ha advertido de que Queensland "todavía debe afrontar días tristes", recordando así que las previsiones meteorológicas anuncian más lluvia para esta semana.
El Gobierno australiano ha desembolsado hasta la fecha cuatro millones de dólares (unos tres millones de euros) para ayudar a los 200.000 damnificados y ha aprobado un fondo especial de casi 77 millones de dólares (59,5 millones de euros) para las administraciones municipales. Los sectores agrícola, minero y turístico son los que más sufren los daños provocados por la catástrofe natural, que, según los cálculos provisionales de las autoridades, superan los 6.000 millones de dólares (4.628 millones de euros). Estas estimaciones no incluyen los daños causados a la minería y la agricultura, los dos sectores mas importantes del país.
EA2CPG