martes, 11 de enero de 2011

LA AYUDA QUE NO LLEGA HAITI

  Parece que el sismo fue ayer: las casas siguen destruidas y los haitianos aún viven en las carpas.
Galopante pasó un año del mortal terremoto que costó la vida a entre 250 mil y 300 mil personas, y Haití sigue hecho añicos. Su capital Puerto Príncipe está en ruinas y más de un millón 500 mil personas aún viven hacinadas en cientos de precarios campamentos, prácticamente en el olvido.
Hace un año, las calles de Puerto Príncipe se encontraban repletas de escombros y atiborradas de cadáveres que eran extraídos de las entrañas de casas y edificios colapsados por el feroz terremoto. Hoy, el panorama no es muy diferente. Aunque no hay cuerpos esparcidos en calles y avenidas, la evidencia de la hecatombe sigue ahí. Calles derruidas, lo mismo que miles de casas, dan fe de una herida que se niega a sanar, y que ahora sirve de escenario de una tragedia que para miles de haitianos no tiene fin. Haití está lleno de huérfanos y lisiados.
La asistencia mundial que se volcó en las semanas posteriores al cataclismo, el 12 de enero de 2010, es cosa del pasado. Los más de 5 mil millones de dólares que se logró reunir para asistir al desamparado pueblo haitiano siguen congelados y se carece de una estrategia para su reconstrucción.
Para agravar la tragedia, una epidemia de cólera ha arrebatado la vida a más de 3 mil 400 haitianos, y se calcula que otros 150 mil se encuentran afectados por el brote.
A un año del sismo de 7.2 grados en la escala de Richter que echó abajo miles de viviendas, edificios gubernamentales, templos y la endeble infraestructura haitiana, la isla se encuentra sumergida en la marginación, la pobreza y la desesperanza. En otras palabras, en la sombra del olvido.
Bajo este panorama desolador, unos 380 mil niños siguen desplazados en campamentos provisionales, según el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), que calcula que 750 mil pequeños resultaron directamente afectados por el terremoto en Haití.
Con sus símbolos emblemáticos, como el Palacio Presidencial y la Catedral de Puerto Príncipe en moronas, sin ayuda internacional, un aparato productivo paralizado y un desempleo superior a 70%, la reedificación de la nación es más que una realidad lejana.
De acuerdo con la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH), establecida el 1 de junio de 2004 por la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, se requieren al menos 10 mil millones de dólares para comenzar la reconstrucción del país, y al menos 5 mil millones de dólares más para establecer todo un programa de construcción de viviendas para los miles de familias que se quedaron en la calle.
Cifras conservadoras calculan las pérdidas causadas por el sismo en más de 17 mil millones de dólares, considerando los daños a la infraestructura económica y productiva.
El cólera
Hoy día, 12 meses después del sismo, los hospitales del país se encuentran operando a su máxima capacidad, muchos de ellos por enfermedades derivadas del cólera, que tuvo su punto álgido en octubre y noviembre. Más de tres mil haitianos han muerto por este brote, que a finales de diciembre se había extendido a todos los barrios de Cabo Haitiano, la segunda ciudad más importante del país.
Precisamente, el científico mexicano Alejandro Cravioto fue designado por las Naciones Unidas para dirigir a un grupo de expertos del organismo que investigará el origen de la epidemia de cólera en Haití, y que autoridades haitianas atribuyen a una base de “cascos azules” provenientes de Nepal.
En días pasados, el organismo internacional anunció que el equipo nombrado por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, lo completan Claudio Lanata, del Instituto de Investigación Nutricional de Perú, la estadounidense Daniele Lantagne, de la Universidad de Harvard, y el indio Balakrish Nai, del Instituto Nacional de Cólera y Enfermedades Intestinales, con sede en Calcuta.
Cravioto, quien fue director de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México, está a cargo del Centro Internacional de Investigación de Enfermedades Diarreicas de Bangladesh.
Este grupo de expertos fue seleccionado tras amplias consultas con la Organización Mundial de la Salud (OMS) para identificar a los mejores hombres en campos como la epidemiología, la microbiología y el estudio de las enfermedades causadas por la contaminación de las aguas, entre otras especialidades, explicó el portavoz de la ONU, Martin Nesirky.
La epidemia sigue trastornando la vida en el país y a los más de 150 mil afectados por este mal se podrían sumar otros 400 mil en menos de seis meses, según las autoridades.
Desde octubre, el cólera se ha extendido a los 10 departamentos en los que está dividido Haití y hasta la vecina República Dominicana, donde 148 personas han sido afectadas, aunque ninguna ha muerto.
Inestabilidad política
Otro factor que se sumó al clima de inestabilidad en el país es la crisis política derivada de las elecciones presidenciales y legislativas del 28 de noviembre, que fueron calificadas como fraudulentas por toda la oposición.
La proclamación de los resultados de la primera vuelta, que dejan fuera de la segunda ronda al candidato y cantante Michel Martelly, desató una oleada de protestas que provocó la muerte de por lo menos una docena de personas.
Ayer, la OEA recomendó que el candidato presidencial oficialista de Haití, Jude Célestin, quede fuera de la contienda electoral y que la segunda vuelta sea entre Mirlande Manigat y Michel Martelly, según un borrador del informe del organismo publicado por el diario El Mundo.
De acuerdo con el rotativo, el informe de la misión técnica de la OEA indicaría que Célestin se ubicó en tercer lugar en las elecciones presidenciales celebradas el 28 de noviembre, tal como denunció la oposición haitiana, que acusó al presidente René Preval de haber manipulado los resultados a favor de su candidato.
 
En este marco de tragedias, ante el grave desabasto que se padece en Haití, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) abastece a por lo menos 2 millones de personas.
El enviado especial de las Naciones Unidas para el empobrecido Haití, el ex presidente de Estados Unidos Bill Clinton, aceptó la lentitud con la que se está trabajando para reconstruir Haití, pero aseguró que “verán una gran aceleración” en este año y que cientos de miles de desplazados podrán mudarse a hogares permanentes.
Según datos de UNICEF, más de la mitad de los 4 millones de los niños en Haití no asisten a la escuela, mientras la construcción de edificios escolares nuevos para sustituir a los destrozados por el temblor se ve obstaculizada por problemas como la remoción de escombros y la tenencia de la tierra.
Amnistía Internacional ha denunciado violaciones en los campos para desplazados. Informó que estos campamentos son recorridos de noche por grupos de hombres armados, principales responsables de los abusos sexuales en contra de mujeres y niñas. Dijo que más de 250 violaciones se registraron en los primeros 150 días tras el terremoto, y que todos los días se presentan haitianas para denunciar ataques.
De esta manera, entre la tragedia ocasionada por la naturaleza, la sanitaria y la política, los haitianos van pasando día tras día esperando una ayuda que no llega para salir del olvido en que se han quedado.
EA2CPG