Se han dado casos de vacas, de ovejas, de jabalíes e incluso de algún caballo. Pero no se tienen noticias de que un tren haya arrollado nunca a un buitre. No, al menos, por esta zona. Pero esa relación de animales que han caído entre los carriles de una vía se amplió ayer porque uno de los trenes que se dirigía hacia Santander se cobró la vida de, al menos, un buitre.
Y para que una de esas aves carroñas se vea sorprendido de esa manera, o está lastimado, o está con el estómago lleno. Esta última es la mayor probabilidad pues el buitre se repartía con otros un corzo que había quedado sobre los raíles.
Para el conductor de uno de los trenes de Cercanías que ayer circuló desde Reinosa en dirección a Santander el sobresalto tuvo que ser mayúsculo. Eran las 10.20 de la mañana, el convoy que manejaba acababa de dejar atrás el apeadero de Pesquera y dirigía sus pasos hacia el de Montabliz. En un recodo del tortuoso trazado vio no sin cierto asombro cómo una manada de buitres se apiñaba en torno a un animal en medio de la vía.
Pitó, redujo la velocidad y volvió a pitar. Pero algunos buitres, que ya estaban acabando de zamparse el desayuno y lo que quedaba de corzo, estuvieron lentos de reflejos. Y echaron a volar tarde.
Según Renfe, el tren arrolló a varios de ellos y al menos uno murió. El incidente no impidió que el Cercanías siguiera su marcha y que llegara a su destino en hora y sin daños. Media hora después, operarios retiraron de aquel punto de la vía los restos de los animales.