*La ciudad australiana se recupera de las riadas provocadas por el peor temporal de la última década en el país, que ha dejado al menos 15 muertos.
El caudal del río Brisbane ha comenzado a bajar. Las aguas han empezado a desaparecer de las calles de la ciudad homónima y los destrozos a hacerse visibles. Las graves inundaciones provocadas por las peores lluvias de la década han causado 15 muertos en todo el Estado de Queensland y han afectado a más de 26.000 edificios en la capital, Brisbane.
A primera hora de la mañana de este viernes, el agua se ha situado en los 2,5 metros, lo que ha permitido a algunos ciudadanos volver a sus casas y tiendas para ver qué quedaba de ellas. Se espera que a lo largo del día el río vuelva a subir, al menos dos veces, con las mareas.
La gobernadora del estado de Queensland, Anna Bligh, ha hecho un resumen de lo que los ciudadanos se están encontrando al volver a sus casas: "Hay mucho dolor y mucha pena (...) calle tras calle, todos los hogares están inundadas hasta el techo".
A los equipos de limpieza municipales se han sumado otros de voluntarios organizados a través de grupos de vecinos o de la red social Facebook. Desde la alcaldía han destacado la importancia de la solidaridad para la reconstrucción de la zona.
Las intensas lluvias de esta semana hicieron que el nivel del agua del río llegara a los cinco metros el miércoles. De haber crecido medio metro más -lo pronosticado por los meteorólogos- los destrozos hubieran sido aún mayores. Se calcula que en la mitad oriental del país hay unos 200.000 damnificados.
El alcalde de Brisbane, Campbell Newman, ha indicado que ahora la prioridad es reabrir las calles cortadas, mientras soldados del Ejército australiano reparten víveres entre la población de las áreas más devastadas de la urbe de dos millones de habitantes, la tercera mayor del país. Unas 65.000 viviendas y comercios siguen sin electricidad o agua potable.
Mientras tanto, los equipos de rescate, ayudados por militares y voluntarios, buscan a 55 desaparecidos en el valle del río Lockyer.
Desde que comenzaran las lluvias en noviembre en Australia han muerto 26 personas. Sólo en la región oriental se calcula que puede haber 2,5 millones de damnificados. El área quedó arrasada el pasado lunes por una tromba de agua de ocho metros de altura que se llevó por delante poblaciones enteras al oeste de Brisbane.
Mientras que en Brisbane lo peor parece haber pasado, en las pequeñas ciudades más al sur se preparan para hacer frente a una posible crecida de las aguas.
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