La ropa y un tatuaje en la mano coinciden con los de Fernando Piedra Morocho
Los primeros indicios apuntan a que el cuerpo no presentaba signos de violencia y que fue arrastrado por el agua
El joven, de 18 años, fue visto por última vez en la madrugada del 26 de diciembre en el barrio de San Juan de Pamplona
Unos minutos después de las seis de la tarde de ayer un vecino de Etxauri que paseaba por una pista del Señorío de Otazu (Etxauri), junto a las orillas del río Arga, descubrió el cuerpo sin vida de un joven que podría ser el de Fernando Darwin Morocho, joven ecuatoriano de 18 años desaparecido desde la madrugada del 26 de diciembre. El avanzado estado de descomposición del cadáver impidió ayer su identificación.
A falta de que la autopsia confirme su identidad, las causas de la muerte, y desde cuando llevaba el cuerpo en el río, la principal hipótesis de los agentes de la Policía Judicial de Policía Nacional es que el cuerpo sería el del joven. Coinciden tanto su complexión, 1,75 metros, como la ropa que llevaba en el momento de su desaparición como un tatuaje con la letra "F" en su mano derecha. En principio, según fuentes policiales, el cuerpo no presentaba señales de violencia.Hasta el lugar de los hechos acudieron efectivos del Grupo de Rescate Acuático de bomberos, que se encargaron de recuperar el cuerpo, que se encontraba semisumergido en el río, cuyo nivel, después de las lluvias de la semana pasada semana, había descendido hasta los 0,60 metros.
Fernando Darwin, al que todos conocían como Fer, (estudiante de 2º de Automoción en el IES Virgen del Camino de Pamplona), desapareció en la madrugada del 26 de diciembre. El joven, residente en Pamplona desde hacía 10 años, y vecino del barrio de San Jorge, había quedado la noche del 25 de diciembre con sus amigos para celebrar una cena. La última vez que se le vio con vida fue en el pamplonés barrio de San Juan sobre las 4.30 horas de la madrugada. Estuvo con sus amigos en el bar Candela y de ahí tenía previsto ir al bar Cancún. Poco después, hizo una llamada perdida a una amiga, quien a su vez le telefoneó y él le dijo que se encontraba "mareado y perdido". A partir de aquí no había una pista concreta sobre su paradero y la investigación de los agentes de la Policía Nacional se había centrado en su entorno.
Sin embargo, el padre de Fer, Darwin Piedra Mejía, siempre había defendido la hipótesis de que su hijo se encontraba en el río. De hecho, bomberos del Grupo de Rescate Acuático lo habían buscado en dos ocasiones en el río Arga. La primera fue el 20 de enero, entre el puente de Los Tubos y la presa del molino, y la segunda, fue el pasado 10 de febrero. En esta ocasión recorrieron el tramo comprendido entre el embarcadero hasta el puente de las Oblatas, en el barrio de la Rochapea, en Pamplona.
Sobre las 20.15 horas de ayer, el juez ordenó el levantamiento del cuerpo. Su cuerpo ha sido trasladado al Instituto Navarro de Medicina Legal, donde hoy le practicarán la autopsia para determinar las causas exactas de su muerte.
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