En Mendoza hay decenas de cráteres inactivos, pero hay siete volcanes que en algún momento de la historia demostraron cierto grado de actividad, según estudios realizados por el Grupo de Estudio y Seguimiento de Volcanes Activos perteneciente a la Universidad de Buenos Aires.
Actualmente, el Planchón- Peteroa, ubicado en el límite de Malargüe y la provincia chilena de Curicó, se mantiene en el nivel 3 de la alerta amarilla ya que entró en actividad el 29 de abril. “En Mendoza sólo deben preocuparse por la actividad del Peteroa, porque el resto lo consideramos inofensivo. Aunque hay que aclararle a la población que la lava sólo puede llegar a recorrer tres kilómetros y la nube de cenizas sólo puede llegar a producir daño si no se toman medidas preventivas”, expresó el doctor Víctor Ramos, investigador del Conicet y profesor de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires.
Por su lado, Miguel Maller, doctor en Ciencias Geológicas, aseguró a radio Nihuil que “el Planchón- Peteroa está ubicado a más de 100 kilómetros de Malargüe y todos los efectos, con excepción de la ceniza, no pueden producir daños a la población. Todos los cursos de agua que nacen en él desembocan en lugares alejados”, dijo el experto, quien realizó el mapa de riesgo volcánico de Argentina.
Sin embargo, del lado chileno se estima que en caso de que este volcán demostrara toda su fuerza eruptiva habría que evacuar por lo menos a unos 17 mil habitantes de poblados cercanos. Para el geólogo trasandino Jorge Romero Moyano “tanto la actividad de los volcanes Puyehue como la del Planchón-Peteroa están posiblemente relacionadas al terremoto del 27 de febrero de 2010, uno de los más fuerte en la historia sismológica del mundo”.
¿Se pueden predecir?
“En realidad no hay muchos volcanes activos en territorio argentino. La cordillera de los Andes presenta 60 volcanes en esa categoría de los cuales 12 están en territorio argentino y el resto en el chileno. En nuestro país hay que luchar más con los efectos de la actividad que con el volcán en sí mismo. Y si bien la ceniza es peligrosa para el ser humano, lo es más para los aviones, ya que las partículas llegan a destruir las turbinas”, confío Ramos y expresó que el Tupungatito, al cual muchos pobladores locales le temen ante una posible erupción, para los vulcanólogos no representa mayores riesgos.
Ramos también explicó que es difícil pronosticar la erupción de un volcán si no se le realiza un monitoreo constante y más aún diagnosticarlo de aquellos que han estado dormidos por varias décadas.
Vidrio volcánico
Según los especialistas, sólo los volcanes del sur de los Andes han causado la muerte de personas y pérdidas económicas en Chile, en el siglo pasado, mientras que al norte la erupción explosiva del volcán Láscar (1993) causó importantes daños a la agricultura de las provincias de Salta y Jujuy debido a la caída de ceniza.
Y justamente, las cenizas emanadas por el Puyehue paralizaron toda la actividad aérea en Argentina, al igual que la turística en zonas como Bariloche y Villa La Angostura, donde la mayoría de los ingresos corresponde a lo que dejan los visitantes en épocas invernales.
Según el vulcanólogo Ramos, “las cenizas presentan un gran peligro ya que por la forma puntiaguda y por la composición pueden afectar directamente la salud. Es prácticamente imposible predecir la cantidad de cenizas que puede arrojar un volcán. Pero sí se puede conocer las posibles trayectorias de acuerdo con el curso del viento”.
El catedrático de la UBA comentó que para entender los riesgos de la ceniza para la salud es importante saber qué la conforman. “Las partículas de ceniza y polvo se producen a partir de los magmas viscosos cargados de gases durante una erupción explosiva, y son fragmentos muy pequeños de magma enfriado rápidamente. Con la presión se fragmentan los tabiques, dando lugar a partículas finas de vidrio, muy puntiagudas, denominadas cenizas volcánicas, las que son expulsadas a gran velocidad por el cráter”, expresó el hombre.
Y párrafo seguido añadió: “Estos productos volcánicos pueden dispersarse por grandes distancias desde su origen. En especial el polvo puede alcanzar grandes alturas en la atmósfera, donde llega a permanecer por períodos prolongados. Cuando ocurre una erupción y se generan cenizas, las mismas recorren diferentes zonas, lo que va a depender sobre todo de la dirección de viento predominante”.
En Mendoza Tupungatito: ubicado entre el límite de Mendoza y Chile. Este volcán ha producido frecuentes erupciones explosivas durante los últimos 200 años, pero es considerado inofensivo.
San José: compartido por esta provincia y Chile, registró erupciones freatomagmáticas en los siglos XIX y XX.
Maipo: ubicado entre San José de Maipo (Chile) y San Carlos. Existen registros históricos de aparentemente cuatro erupciones, ocurridas entre 1822 y 1941, las que corresponderían a explosiones estrombolianas.
Caldera del Atuel: es un grupo de volcanes ubicados en terrero sanrafaelino. Lo integran los conos Las Lágrimas, el volcán Guanaqueros, los Complejos del volcán Overo y El Sosneado.
Risco Plateado: se encuentra situado unos 10km al sur de la Caldera de Atuel y consiste en un estratovolcán cortado por una caldera de 4km de ancho. Hay dos centros eruptivos localizados al suroeste y noreste de la caldera.
Planchón-Peteroa: volcán activo, localizado en la frontera entre Argentina y Chile. Originado en el Pleistoceno. El Planchón forma un grupo volcánico interrelacionado con los cercanos Peteroa y Azufre. Existen registros históricos de más de 20 episodios de actividad mayor ocurridos en el conjunto. Actualmente se mantiene el nivel 3 de la alerta amarilla por el comportamiento del complejo.
Payún Matrú: ubicado en Malargüe. Es un volcán en escudo de estilo hawaiano que cubre una superficie de 5.200km2.
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