Mucho antes de que se produjese el terremoto, técnicos del 112 capitaneados por Francisco Rojo idearon un plan para hacer frente a estas situaciones. La idea es aparentemente sencilla: lanzar globos aerostáticos equipados con la tecnología necesaria para sustituir a las antenas de telefonía hipotéticamente dañadas. El sistema «es utilizado en Estados Unidos, y puede funcionar para catástrofes humanitarias como la de Haití», explica Luis Gestoso, director general de Emergencias. Algunas empresas estadounidenses fabrican estos artefactos para uso militar y también civil.
Pero estos globos, que funcionan como «satélites de baja órbita», subraya Gestoso, podrían surcar los cielos no solo en situaciones excepcionales. Podrían, de hecho, ser una herramienta habitual para que los equipos de emergencia localizasen el lugar exacto desde el que se recibe una llamada de emergencia. «Cuando alguien llama al 112 desde un teléfono fijo podemos determinar el punto concreto en que se encuentra esa persona. Pero no ocurre lo mismo con los móviles», recuerda el director general de Emergencias. Los globos aerostáticos, equipados con tecnología GPS, harían posible esa localización con un margen de error de apenas unos metros.
Pero los planes del 112 se quedarán de momento en el papel. Los ajustes presupuestarios impiden llevarlos a la práctica. Cada globo costaría unos 100.000 euros, y para poder cubrir toda la geografía regional sería necesario contar con al menos tres de estos artefactos. Es, en cualquier caso, una opción para el futuro.
1.500 expertos
Sobre las nuevas tecnologías de la comunicación y su aplicación en las catástrofes se hablará a partir de mañana en el XXIII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias, que se celebra en Murcia. El Auditorio Regional acogerá hasta el viernes a 1.500 expertos, entre médicos, enfermeros y técnicos de ambulancias de todo el país. A la cita acudirán el presidente de la Sociedad Europea de Urgencias, el profesor Abdel Bellou, y el director de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), Rafael Matesanz.
La donación de órganos ocupará un lugar importante en los debates. Se analizará un proyecto piloto que ha puesto en marcha el Servicio de Urgencias Médicas de la Comunidad de Madrid (SUMMA). En estos momentos, el proceso comienza cuando la persona en situación de muerte cerebral llega al hospital, pero esto supone que se pierdan posibles donantes que fallecen, por ejemplo, en un accidente de tráfico. «Los médicos deben esperar al levantamiento del cadáver, y muchas veces se pierde tiempo. Por eso, lo que están probando en Madrid es un protocolo para poder empezar con el proceso en plena calle. Se habla con la familia y se piden los permisos sin esperar a estar en el hospital», explica Pascual Piñera, jefe de Urgencias del Reina Sofía y presidente del comité organizador del congreso.
Nueva especialidad
Murcia acoge esta cita en un momento clave. El Ministerio de Sanidad prevé convertir las urgencias en una especialidad médica específica. «Esto supondrá mejorar la calidad asistencial y la estabilidad laboral», subraya Pascual Piñera. Para muchos profesionales, las urgencias son ahora un lugar de paso, a la espera de saltar a un destino más tranquilo en un centro de salud o en la planta de un hospital. La dignificación de las Urgencias es una larga batalla. Hasta hace apenas año y medio, los responsables de estas unidades ni siquiera eran jefes de servicio.
Pero todavía quedan muchas cosas por hacer. Por ejemplo, el Servicio Murciano de Salud sigue sin establecer un criterio único en el triaje (el proceso de valoración de los pacientes cuando llegan a Urgencias). De esta manera, mientras en el Reina Sofía o en Los Arcos es un enfermero el encargado de esta tarea, en otros hospitales son médicos quienes llevan a cabo la selección de los pacientes.