Toda la fábrica tuvo que ser evacuada y las instalaciones afectadas estarán cerradas hasta averiguar las causas del accidente
Un accidente en la planta campurriana de Gerdau Sidenor se cobró la vida de un operario en la madrugada de este viernes, al derramarse la colada de acero fundido. El fallecido, Raúl Gutiérrez González, de 40 años de edad, trabajaba en la acería junto a una veintena de compañeros, que pudieron ponerse a salvo a tiempo. Toda la fábrica tuvo que ser evacuada a raíz del incendio registrado tras el derrame y la dirección decidió después paralizar la actividad en señal de duelo hasta las seis de la mañana de hoy. La acería no reanudará su labor hasta que no se esclarezcan las circunstancias del accidente para lo cual ha decidido abrir una investigación.
Sidenor, fabricante de aceros especiales y de forja y fundición, cuenta en su planta de Reinosa con instalaciones diferenciadas de acería, laminación, forja y fundición y se ha convertido en una de las factorías más importantes de Cantabria. Da trabajo a un total de 810 personas, de las cuales 60 (contando todos los turnos) están destinadas en la acería, que estará cerrada hasta que se averigüe cómo ocurrió todo.
Aunque las causas del siniestro están siendo investigadas, la Delegación del Gobierno en Cantabria confirmó que el acero fundido se derramó de la cuchara en el momento en que salía del horno para ser colado en los moldes. Hay que tener en cuenta que el acero se funde a más de 1.500 grados centígrados, con lo que, al derramarse toda la colada y entrar en contacto con la chatarra, la viruta y el polvo, la mezcla se inflamó formando unas impresionantes llamas que llegaron hasta el techo, a una altura aproximada de 15 metros.
En toda la fábrica cubrían el turno de noche unas 200 personas, y en la acería trabajaban a esas horas, las 3.15 de la madrugada, algo menos de 20 operarios. Casi todos pudieron salir de la planta por sus propios medios y nadie más resultó herido. Los compañeros de la víctima optaron por huir en cuanto se percataron del derrame. Sin embargo, Raúl Gutiérrez se refugió en un cuarto, donde quedó atrapado a causa del fuego generado por el metal incandescente.
El aviso del accidente se recibió hacia las tres y media de la madrugada, mientras todos los trabajadores estaban siendo evacuados siguiendo el habitual protocolo marcado por la empresa.
Antes de que llegaran los efectivos, empleados de Sidenor hicieron un primer intento de rescate de su compañero con mantas ignífugas y extintores, pero todo esfuerzo fue en vano. La virulencia del incendio provocado en la acería y la carga térmica que había en las instalaciones fueron un obstáculo insalvable. Tanto que los bomberos no consiguieron extinguir las llamas hasta cerca de las siete y media de la mañana, y uno de ellos también tuvo que recibir asistencia médica al sufrir un golpe de calor.
Una vez extinguido el fuego, para rescatar el cuerpo de una sala que había llegado a estar a 800 grados centígrados, fue necesario utilizar maquinaria para remover los escombros y las cenizas fruto del fuego. Finalmente, a las ocho de la mañana conseguían rescatar el cuerpo del fallecido, que fue levantado por la juez y trasladado al anatómico forense de Valdecilla para realizarle la autopsia.
A casa, en señal de duelo
En cuanto apareció el cuerpo de Raúl, la dirección de la empresa decidió mandar para casa a todos los trabajadores en señal de duelo hasta el día siguiente. Ya por la tarde, la factoría envió un comunicado oficial a los medios de comunicación en el que anunciaba que la acería iba a permanecer cerrada hasta que concluyesen las investigaciones, abiertas tanto por parte de la autoridad competente como de la propia empresa, para determinar las causas del accidente «y siguiendo los rigurosos procedimientos de seguridad, garantizar que no se vuelva a producir un hecho similar». La empresa expresó sus condolencias a la familia del fallecido, a la que mostró su «más sentido pésame».
La paralización de la actividad motivada por este accidente se ha producido en un buen momento para la fábrica, con numerosos pedidos en curso que deberán retomarse y recuperarse en cuanto se reabran la totalidad de las instalaciones, muy dañadas tras el incendio producido.
El de la pasada madrugada es el primer accidente laboral registrado en Cantabria en lo que va de año. En Sidenor, el último accidente mortal ocurrió en enero de 2009, cuando un joven reinosano de 32 años perdió la vida tras sufrir un golpe al caer en la zona de laminación.
En el operativo de ayer participaron efectivos del 112 de los parques de Reinosa y Los Corrales de Buelna, el 061, Policía Local, Guardia Civil y los voluntarios de Protección Civil de Reinosa. Los bomberos trabajaron en la zona hasta las doce del mediodía, hora en la que consiguieron terminar la refrigeración del área afectada por el gran incendio.
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