"Oxfam puede dar una respuesta de emergencia, pero necesitamos que el Gobierno nacional, con el apoyo de la comunidad internacional, mejore el acceso a las instalaciones sanitarias y al agua potable, tanto en las zonas rurales como en las urbanas", ha destacado la portavoz de Intermón Oxfam --sección española de la ONG--, Helena Vidal-Folch.
La epidemia de cólera ha reaparecido en zonas altamente pobladas, donde la defecación al aire libre es común porque hay pocas letrinas y poco espacio disponible para construir nuevas.
"Los haitianos son más conscientes ahora de cómo se contagia el cólera, cómo deben protegerse y qué hacer en caso de mostrar síntomas. La prevención de cólera es simple: basta con beber únicamente agua potable y tener buenos hábitos de higiene. Y aunque la población lo sabe, es muy difícil seguir estas recomendaciones sin tener servicios básicos", ha incidido Vidal-Folch
El último brote de cólera se ha producido en la población de Carrefour, situada al sur de Puerto Príncipe. Mientras que en noviembre de 2010, cuando hubo los primeros contagios, se registraron un máximo de 900 casos a la semana; en estos momentos las agencias de salud se enfrentan a más de 300 casos diarios, explica Oxfam en un comunicado.
El hecho de que la población tenga ahora un mejor acceso a asistencia humanitaria está reduciendo el número de víctimas mortales. "El aumento de casos va de la mano de la llegada de la temporada de lluvias", ha explicado la portavoz de Intermón Oxfam.
"El cólera es endémico ya en el país, así que seguirán surgiendo brotes mientras que el acceso a los servicios sociales básicos no tienda a universalizarse", ha concluido.
En coordinación con las autoridades locales y otras agencias internacionales que operan en Carrefour, Oxfam ayudará a 70.000 personas distribuyendo pastillas de cloración, desinfectando viviendas en las que se han detectado casos de cólera y llevando a cabo actividades de promoción de higiene en la Riviere Froide, una zona de Carrefour.
Los nuevos beneficiarios se añaden a las 77.000 personas desplazadas en campos, a los que Oxfam ya estaba ofreciendo servicios de agua y saneamiento, señala la ONG.
Antes del terremoto de enero de 2010, la mitad de la población urbana y el 80% de la población rural no tenía acceso a instalaciones sanitarias básicas. A día de hoy, todavía 680.000 desplazados siguen viviendo bajo tiendas y lonas.
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