Fuertes vientos y un aumento en la temperatura en Arizona pusieron a prueba ayer a los bomberos, que habían logrado progresos en la lucha contra el incendio más grande en la historia estatal. Los fuertes vientos comenzaron a reavivar las llamas de varios incendios a lo largo de la región sureste.
En la frontera Nuevo México-Colorado, los vientos impulsaron las llamas más allá de fosas cavadas en el difícil terreno por buldózers. Los bomberos anticipaban los vientos y estaban preparados para contener el avance de las llamas. En Nuevo México, los bomberos intentaban contener incendios cerca de Ratón y Carlsbad.
"El fuego está realmente activo en el rincón noreste, ahí está la acción", afirmó el vocero de los bomberos James Stone.
Los meteorólogos pronostican que los vientos por arriba de los 40 kilómetros por hora durarán todo el fin de semana, poniendo presión en el extremo oriental del incendio de Arizona, el sector menos seguro y cercano al pueblo de Luna, Nuevo México, de 200 habitantes.
"Creemos tener suficiente margen allí", opinó Jerome Macdonald, que dirige uno de tres equipos asignados al enorme incendio. Más de 4,600 bomberos están trabajando en controlar el siniestro de Wallow de 1,940 kilómetros cuadrados. El miércoles por la noche estaba contenido en un 29%.
Simultáneamente, otro incendio en el Bosque Nacional de Arizona cerca de la ciudad de Sierra Vista había quemado o dañado por lo menos 40 viviendas además de otras diez estructuras el miércoles por la noche.
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