Una comisión recorrió la zona y encontró pequeños cúmulos de lava en las zonas cercanas al cráter Arenas. Entre tanto, 24 familias tienen orden de evacuar, pero aún no se marchan.
La acumulación de pequeños flujos de lodo en la parte alta del río Molinos, muy cerca del cráter Arenas, del volcán nevado del Ruiz, alertó a las autoridades sobre los riesgos de una posible creciente y la necesidad de redoblar la vigilancia sobre los caudales.
Según el coordinador (e) del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Manizales, Álvaro Pablo Acevedo Naranjo , el río Molinos, que nace en la cabecera del Ruiz, cae a los ríos Claro y Chinchiná.
"Debido al incremento de las temperaturas, por el verano, las cenizas absorben el calor y esto ayuda a que se funda parte del glaciar. Hay sectores que se movilizan y se forman pequeños flujos de lodo, la mayoría quedan en el valle y otros pueden seguir hacia el río. Por eso, durante el día, se podrán ver los ríos de color algo oscuro y crecer un poco el caudal, que se disminuye en la noche".
Desde las cumbres andinas del volcán descienden también los ríos Azufrado, Gualí, Nereidas y Lagunilla.
Por el deshielo y aumento del caudal del Lagunilla, el 13 de noviembre de 1985, ocurrió una de las peores tragedias de la historia colombiana, cuando una avalancha arrasó la población de Armero, en Tolima, y dejó 23.000 muertos a su paso. La caída de cenizas de los últimos días ha afectado a más de una decena de localidades de la veintena situadas en los departamentos de Caldas y Tolima, incluida la capital Manizales.
La vida en alertaPara quienes están en las zonas de influencia del volcán, la vida dejó de ser la misma desde el 29 de mayo cuando el Ruiz expulsó ceniza y desde entonces no ha cesado de hacerlo.
Doña Beatriz Giraldo lo vive en carne propia. Ella está encargada de encender una de las alarmas ubicadas cerca al río Chinchiná, en el sector El Pescador, en caso de cualquier eventualidad volcánica. Dice que ya no duerme.
Por esa cercanía ya recibió la orden de evacuar junto a otras 23 familias.
A los afectados les están entregando 150.000 pesos de subsidios de arrendamiento, pero para muchos es insuficiente. Luz Mila Buitrago y su familia trabajan en una finca que está a unos 20 metros arriba del río Chinchiná. "Se pone uno sin saber qué hacer. En reunión del martes dijeron que por estar lejos del río no pasará nada, pero otras autoridades dicen que hay que dejar la zona. No dormimos una noche completa".
David Fernando Arias , jefe de la OMPAD, manifestó que a nadie se le puede obligar a evacuar, pero sí permanecen en las casas, deben asumir la responsabilidad en caso de una eventualidad con el Volcán. En cuanto al subsidio de arrendamiento dijo que se paga lo asignado por el Comité de Emergencias, que es igual para todos los damnificados.
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