La zona afectada por el argayo que se ha producido en Sebrango, en el municipio de Camaleño, se encuentra este miércoles en "máxima alerta" por la lluvia.
Así lo ha asegurado el alcalde de la localidad, Oscar Casares, quien ha
manifestado que la situación es "peor que ayer" porque está lloviendo.
"Estamos en alerta total", ha afirmado. Mientras, el Gobierno de
Cantabria tiene a "todas las consejerías volcadas" en el operativo del
argayo de Sebrango, en el que también se ha implicado la Universidad de
Cantabria, mantiene "contacto permanente" con el Ayuntamiento de
Camaleño y los vecinos, y ha
pedido la colaboración de la Guardia Civil e incluso del Ejército, cuya
Unidad Militar de Emergencia (UME) también ha participado en el
operativo.
El alcalde de Camaleño explica que. aunque "de momento" no
llueve mucho, el agua es un acicate para el movimiento de tierras. Así,
"de momento no hay novedad pero estamos en máxima alerta porque las
condiciones empeoran", ha indicado. Casares señala que los técnicos
continúan trabajando en el análisis del movimiento de tierra e
insistiendo en que la evolución del argayo es "imprevisible; que puede
ser ya como dentro de unas horas". "La presión del empuje es muy grande y en cualquier momento puede bajar hasta la carretera o no. Veremos cómo actúa", ha comentado Casares.
Por el momento, la carretera que une Potes con Fuente Dé
continúa abierta, si bien los técnicos del Gobierno regional han
comenzado este miércoles a trabajar con maquinaria para acondicionar el
camino que va desde Los Llanos, bordeando la zona del argayo, a Camaleño
como posible ruta alternativa en caso de desprendimiento.
Se trata de un camino rural transitable con vehículos todoterreno pero que no está preparado para una alta densidad de tráfico.
De ahí que los técnicos estén trabajando "lo más rápido posible" para
conseguir que "si se cruzan dos coches, puedan pasar sin peligro".
Mientras, los vecinos de Los Llanos, desalojados entre la noche del domingo y el lunes,
pueden entrar en sus casas cuando "necesiten algo puntualmente y si no
cambian las recomendaciones". "Seguimos igual que estos días, esperando a
ver cómo evoluciona, tratando de evitar los posibles daños y
perjuicios", ha concluido el alcalde.
El argayo, que data del año 2005, cuando ya hubo
movimientos de tierras, se ha reproducido debido a las lluvias
abundantes de los últimos meses. El
viernes obligó a desalojar el pueblo de Sebrango y entre el domingo y
el lunes, el de Los Llanos, donde residen unos 40 vecinos, para evitar
daños personales y materiales.
La decisión del desalojo "no urgente" de Los Llanos se
adoptó a principios de semana en el seno del grupo de trabajo
constituido para el seguimiento y control del desprendimiento que afecta
a estas dos localidades de municipio de Camaleño. Los expertos y
técnicos están pendientes de la evolución del argayo, celebrando
reuniones "constantemente".
Por su parte, el consejero de Obras Públicas, Francisco Rodríguez, ha admitido que la situación en que se encuentran los pueblos de Los Llanos y Sebrango es "de máxima dificultad y preocupación",
y ha reconocido también que la solución es "difícil", pues se trata de
un fenómeno provocado por causas naturales. Aún así, ha confiado en que
haya "suerte" ya que para este tipo de casos, como son los movimientos
naturales de tierra, no hay "soluciones ingenieriles".