La crecida en Magdeburgo ha alcanzado una algura récord de 7,48 metros, cinco metros por encima de las crecidas normales y superior a la registrada en las devastadoras inundaciones de 2002.
"Ayer ayudamos a cargar sacos de arena para salvar la ciudad. La atmósfera es sumamente sombría porque muchas personas tienen que abandonar sus casas", ha relatado una de las vecinas de esta localidad, Liane Nagen.
Las autoridades estiman que hay más de 8.000 evacuadas en autobuses desde pueblos y ciudades de la región de Aken, al sur de Magdeburgo tras la rotura de dique construido en la confluencia de los ríos Elba y Saale, que reventó pese a los intentos por salvarlo. También se han detectado rupturas en otra represa y se teme que la presión se incremente en los próximos días.
En la última semana se han producido al menos una decena de muertes como resultado de las inundaciones en Alemania, Austria, Eslovaquia, Polonia y la República Checa.