La alerta en el Sahel sigue vigente y los esfuerzos que se están realizando todavía resultan escasos para paliar la hambruna en esta región. La ONU ha recordado que se deben intensificar las ayudas para evitar que se repita la tragedia que sucedió en el Cuerno de África el pasado verano.
Cerca de diez millones de personas de la región africana occidental del Sahel luchan cada día para conseguir algo que comer, indicó la subsecretaria de la Oficina de la ONU para Asuntos Humanitarios (OCHA).
En la conferencia que ha celebrado hoy Catherine Bragg para los medios de comunicación en la sede de la ONU ha relatado las conclusiones que extrajo tras su viaje a la región la semana pasada.
Bragg ha alertado que "estamos extremadamente preocupados por los millones de personas que se ven afectadas en la región del Sahel por la combinación de la sequía, pobreza y los altos precios de los cereales, los cuales, combinados con la degradación ambiental y el subdesarrollo crónico, desembocarán en una nueva crisis alimentaria".
También recordó que para muchos esta crisis ya ha comenzado, en especial para los más de un millón de niños menores de 5 años que están en riesgo de sufrir desnutrición aguda. Durante su intervención, subrayó que si no se hace nada para revertir esta situación, en los próximos meses la situación se convertirá en una crisis humanitaria con unas dimensiones mayores. Concretó que, en 2012, para poner en marcha los planes de asistencia al Sahel se necesitarán más de 720 millones de dólares.
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