sábado, 5 de mayo de 2012

BATIDOS 30 KM CUADRADOS DEL VALLE DE MENA EN BUSCA DE TXETXU

Más de un centenar de personas, entre profesionales de la Guardia Civil, la Ertzaintza y la Cruz Roja, y voluntarios rastrean en estos momentos un área de unos 30 kilómetros cuadrados en el Valle de Mena (Burgos) en busca del abogado de Mungia desaparecido, José Javier Ezkerra Uriarte, Txetxu, desde el pasado 15 de febrero.
El punto de encuentro ha sido la localidad de Artieta y la hora, las nueve de la mañana. Los organizadores calculan que la batida podría terminar antes de las tres de la tarde. Durante ese tiempo, varias cuadrillas recorrerán los alrededores de Arza, el pueblo donde viven los dos hermanos ganaderos detenidos por el caso, y Berrandúlez, donde se ubica la finca que habían comprado con el letrado vizcaíno.
Ortofoto aérea
Los grupos llevan una ortofoto aérea de la zona a batir, en la que encuentran prados, arbolado, simas y riachuelos. Los organizadores, amigos y familiares de Txetxu, esperan que se movilicen muchos cazadores. El abogado desaparecido era un gran aficionado a la caza menor con perro y solía practicarla los fines de semana en cotos cercanos, como los de la zona del norte de Burgos.
El recorrido se está realizando andando, la forma más eficaz de buscar. Es el área en la que, según el repetidor, se encontraban los teléfonos móviles del letrado y de los dos arrestados la tarde de la desaparición. Desde aquel día, hace ya dos meses y medio, nadie ha vuelto a saber nada sobre el paradero de Ezkerra Uriarte. Tampoco los dos hombres encarcelados por su desaparición han desvelado detalles que puedan ayudar a encontrarle.
Los equipos de rastreo buscan un cadáver. El todoterreno del abogado apareció calcinado junto al cementerio de Laukiz, a seis kilómetros de Mungia, donde residía con su mujer y sus hijos. En las imágenes grabadas aquella tarde por las cámaras de los túneles del corredor del Kadagua aparecía un modelo de vehículo como el del letrado, seguido por otro como el del pequeño de los ganaderos, cuando habían declarado como testigos ante la Ertzaintza que se habían quedado en el Valle de Mena haciendo las labores propias del ganado.
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