Ser vacunadora contra la polio se ha convertido en un oficio de
altísimo riesgo. Nueve mujeres que suministraban inmunización contra
esta enfermedad en Kano (al norte de Nigeria) fueron asesinadas este
viernes a tiros en dos ataques idénticos —hombres armados en moto que
abren fuego en centros de salud— con un intervalo de media hora. Nadie
asumió la autoría pero las sospechas apuntan a los islamistas radicales de Boko Haram, que rechazan de plano lo que denominan medicina occidental y combaten a las autoridades para imponer la sharía, la ley religiosa, en el país.
Nigeria es uno de los tres países donde la polio
—el virus puede causar casi de inmediato parálisis permanente— es aún
endémica. Otro es Pakistán, donde entre diciembre y enero, al menos 16
personas —la mayoría mujeres— empleadas en campañas de vacunación fueron
asesinadas por los talibanes. El tercer país es Afganistán.
La desconfianza, cuando no el rechazo frontal, de líderes musulmanes
fanáticos a las vacunas viene de lejos pero se ha agravado en los
últimos tiempos después de que la CIA montara una falsa campaña de
vacunación en Abbottabad (Pakistán) para confirmar la identidad de Osama
bin Laden y capturarlo (la película La noche más oscura
le dedica incluso una fugaz referencia). El médico paquistaní que
dirigió aquella inmunización fue condenado a 33 años de cárcel por
traición.
El mismo jueves en Nigeria un polémico clérigo musulmán llegó a decir
que los nuevos casos de polio detectados son fruto de medicinas
contaminadas, según la BBC.
Una campaña de radicales islámicos que vinculaba la inmunización con la
esterilidad y el sida contribuyó hace una década al resurgimiento de la
enfermedad en el país.
El año pasado se detectaron 121 nuevos casos de polio en Nigeria,
seguidos por los 58 de Pakistán y los 37 de Afganistán. “Esto es
claramente un obstáculo en la erradicación de la polio en Nigeria pero
no implicará un parón”, aseguró a Reuters Oyewale Tomorio, miembro de
una campaña antipolio.
El pasado diciembre, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Unicef anunciaron la suspensión de sus actividades ligadas a las vacunaciones contra la polio en Pakistán
tras una ola de ataques que causó la muerte de nueve trabajadores
sanitarias. Los ataques han continuado y otros cinco vacunadores han
muerto en enero.