El presidente del Consejo Nacional de Prevención y
Respuesta a los Desastres, Benito Ramos, solo confirmó la muerte de una
mujer de 60 años en Davao Oriental (Mindanao) aplastada
por una palmera que tiraron las ráfagas de viento que superan los 200
kilómetros por hora. Otra víctima es un joven de 22 años que murió en su
casa, también en Davao Oriental, según la Policía.
La mayor parte de los evacuados, unas 50.000 personas, son
residentes en las provincias más orientales de Mindanao, como Surigao
del Norte y del Sur, Agusan del Norte, Lanao del Norte y Misamis
Oriental, por donde entró esta mañana «Pablo», el nombre local que le
han dado los filipinos a este tifón.
Las autoridades se habían preparado para su llegada con la reubicación de las personas en zonas de riesgo y la suspensión de las clases en las provincias afectadas.
Vuelos suspendidos y cortes de luz
Cerca de 150 vuelos han sido suspendidos y miles de
personas han quedado atrapadas en los puertos tras la orden de la
guardia costera de que el servicio de transbordadores permanezca parado
hasta nuevo aviso. Según Defensa Civil, hay cortes del servicio
eléctrico en zonas de Surigao del Norte y del Sur y Agusan del Norte, y
las copiosas lluvias afectan al tránsito en la red de carreteras de
Mindanao. Las Fuerzas Armadas tienen preparados varios destacamentos para participar en tareas de rescate o asistencia humanitaria en caso de necesidad.
El servicio meteorológico (Pagasa) había previsto que
«Pablo» atravesase el archipiélago de este a oeste y saliese por la isla
de Palawan hacia el Mar de China Meridional el jueves próximo, pero el
tifón ha virado el rumbo hacia el noroeste y pasará esta noche por las
islas de Bohol, Negros y Cebú, en las Visayas (región central), de
acuerdo con Ramos.
El propio presidente filipino, Benigno Aquino,
había advertido al país por la televisión estatal de que su «potencial
destructivo no es cosa de risa». «Se espera que sea el más fuerte en
golpear a nuestro país este año», había indicado Aquino.
«Bopha» o «Pablo» cierra la temporada de tifones en
Filipinas, estación que todos los años atrae entre 15 y 20 tifones y que
empieza por lo general en junio y concluye en noviembre. Unas 180 personas perdieron la vida en el archipiélago filipino durante el mes de agosto tras el paso de varios huracanes y depresiones tropicales que inundaron durante dos días el 60% de Manila.
Además, las inundaciones causaron más de tres millones de
afectados y tuvieron un fuerte coste económico por los destrozos en las
infraestructuras y los daños a la agricultura.
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