El presidente de Filipinas, Benigno Aquino, ha declarado
el estado de catástrofe nacional en todo el país tras el paso del tifón
'Pablo', que ha dejado por el momento 459 muertos y 532 desaparecidos.
En virtud de esta orden, los precios de los bienes de
primera necesidad han sido congelados para facilitar su adquisición y
los Gobierno locales podrán echar mano de sus fondos de emergencia para
acelerar las operaciones de búsqueda y rescate.
Bopha, el más potente de la veintena de tifones que
suelen llegar cada año a Filipinas, se ha debilitado en las últimas
horas y se aleja lentamente de Luzon, la principal isla de Filipinas,
con rumbo nornoroeste.
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