Cincuenta y uno de los 125 municipios antioqueños permanecen en alerta roja por incendios. Tan solo entre el lunes y la tarde de ayer, las autoridades locales reportaron 60 emergencias por cuenta del fuego en Medellín. Una conflagración en el municipio de Betania consumió 40 hectáreas de vegetación, mientras que en Copacabana, Bello, El Retiro, Itagüí y La Estrella hubo más trabajo para los bomberos.
El director encargado del Departamento Administrativo de Prevención, Atención y Recuperación de Desastres (Dapard), Jafed Naranjo Guarín entregó ayer este preocupante reporte al tiempo que reiteró que la entidad permanece alerta ante el aviso por cualquier eventualidad que se presente en este sentido.
Según reporte del Instituto de Hidrología, Metereología, y Estudios Ambientales (Ideam), la temporada seca en el país se extenderá lo que resta de enero, febrero y parte de marzo.
"Avisaremos en el momento en que sea necesario ampliar la alerta a otros municipios, para, a través de los concejos municipales, tomar las medidas pertinentes".
Hará falta el agua
Sin embargo, la afectación de incendios forestales no es la única que se ha sentido en el departamento. Los acueductos municipales en diversas localidades, al igual que la producción agrícola comienzan a hacer esfuerzos por salvar la temporada al tiempo que desciende el caudal de ríos y quebradas.
"Es una situación lógica la disminución del caudal de las fuentes hídricas, por eso el llamado es al uso racional del recurso porque ante la escasez, es natural que en algún momento haga falta el agua y las autoridades en cada localidad tendrán que determinar si es necesario un racionamiento", señaló Naranjo Guarín.
El gerente de Aguas de Urabá, compañía filial de Empresas Públicas de Medellín, Carlos Enrique Vélez, confirmó que han comenzado a percibir la baja en los caudales y aunque prestan el servicio de manera normal, las pocas posibilidades para almacenamiento como previsión obligan a hacer desde ya un uso racional del agua por parte de los 54.000 usuarios que surten en las localidades de Turbo, Apartadó, Chigorodó, Carepa y Mutatá.
"Riesgo sí hay. Si la tendencia se mantiene en los ríos que nos surten, sería complicado el bombeo", afirmó.
Recordó que en enero del año pasado hubo racionamiento en el municipio de Turbo por el intenso verano. Sin embargo, la contingencia se superó con carrotanques y el apoyo de EPM.
Por su parte, el secretario de Agricultura encargado del departamento, José Jaime Arango, subrayó que de prolongarse el tiempo seco, la disminución de los pastos provocará un alza en los precios de la leche y afectará los cultivos.
Anticipó el funcionario que cultivos "a los que no les puede faltar el agua" como hortalizas, maíz, fríjol y flores tendrán las cosechas más comprometidas, al tiempo que aconsejó a quienes tengan sistemas de riego valerse de ellos para proteger la producción.
Frente a cultivos como los cítricos, el mango o café, señaló que podrían beneficiarse si las lluvias llegan a partir del 18 de marzo.
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