miércoles, 23 de enero de 2013

UN ARGAYO OBLIGA EL DESALOJO DE UN EDIFICIO EN CANGAS DE NARCEA

La decena de personas que vive en el edificio número once de la calle Clarín en Cangas del Narcea se llevaron un buen susto ayer, cuando un inmenso argayo se llevó por delante el terraplén que existe entre los chalés de la calle Santa Bárbara y la propia calle Clarín y les obligó a desalojar sus casas. Al cierre de esta edición los afectados desconocían aún cuándo podrían regresar a sus pisos.
 El argayo se produjo debido al mal tiempo, por la acumulación de agua en el terraplén. El talud no aguantó y toneladas de rocas y tierra se vinieron abajo. El suceso comenzó pasada la medianoche. Los vecinos oyeron un ruido que, en un principio, confundieron con truenos. Pero, al poco tiempo, el ruido se hizo mucho más intenso y potente. Al ver lo que estaba sucediendo se avisó a la Guardia Civil, a la Policía Local y a los Bomberos de Asturias.
La inmensa mayoría de los vecinos de la zona, asustados, salieron a la calle, donde estuvieron hasta pasadas las dos de la madrugada. Muchos de ellos, y antes de que se produjese ninguna orden de evacuación, decidieron por su cuenta ir a dormir a casa de familiares. También pasaron miedo en la calle Santa Bárbara, en la zona de los chalés, desde la que vieron caer el gran argayo.
El tamaño de esta «fana», que es como se llama a los argayos en Cangas del Narcea, asustó a propios y extraños. Los destrozos que produjo fueron numerosos sobre todo en las plantas bajas, en los garajes y en los primeros pisos de los edificios comprendidos entre el 9 y el 15 de la calle Clarín.
La zona está declarada como inestable, ahora mismo, por los técnicos municipales del Ayuntamiento cangués, que desde primera hora estuvieron inspeccionando el derrumbe para valorar los daños causados y estudiar la situación en la se encuentra el talud para tratar de encontrar la mejor solución posible a un problema que continúa estando presente. De hecho, en la mañana de ayer, sobre el mediodía, las piedras seguían cayendo de manera abundante y metiéndose en los garajes de los pisos afectados.
Ante la posibilidad de que desprendimientos de menor intensidad se vayan repitiendo, el Ayuntamiento cangués considera que la zona debe ser intervenida lo antes posible para estabilizar y reforzar el muro y asegura que el desalojo de los vecinos se mantendrá por precaución hasta que pueda certificarse la completa seguridad del inmueble.
 Además, el Consistorio está trabajando para esclarecer la asunción de responsabilidades y la propiedad del terreno, con el objetivo de que las obras de reparación puedan acometerse con la mayor celeridad posible.
El concejal de Urbanismo, José Ramón Puerto, hace un llamamiento a la tranquilidad: «Es un gran susto, evidentemente, pero parece que lo más gordo ya ha pasado. Posiblemente no vaya a más, pero serán los técnicos los que digan qué medidas hay que tomar».
Puerto descartó que los chalés de la calle Santa Bárbara puedan tener problemas de estabilidad referidos a este argayo: «Salvo que haya algún otro movimiento y que, realmente, se vaya la mitad de la montaña abajo entiendo que no. Hablo no como técnico sino como político. Un geólogo lo ha estado mirando y esperamos un informe detallado sobre las soluciones para estabilizar este talud y que no vaya a más».
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