El siniestro más trágico se produjo en Larraya donde
una mujer y su sobrina de 10 años fallecieron y otras cuatro personas
resultaron heridas.
El mal tiempo que azota a gran parte de la península tuvo
sus efectos más virulentos ayer en Navarra, donde los desprendimientos y
el hielo causaron numerosos accidentes. El siniestro más trágico se
produjo en Larraya (Cendea de Cizur), donde una mujer y su sobrina de 10
años fallecieron y otras cuatro personas resultaron heridas de diversa
consideración.
Ocurrió a las ocho de la mañana en la NA-7015 (Zizur
Mayor-Belascoáin), cuando el Opel Zafira en el que viajaban una tía
junto a una sobrina y un sobrino de 10 y 12 años -de nacionalidad
mexicana y vecinos de Echauri-, se salió de la carretera a causa del
hielo. La mujer y la niña se bajaron del vehículo. Un segundo turismo
que circulaba por detrás paró para ofrecerles ayuda, pero estas la
rechazaron. Instantes después, un tercer coche, un Ford Focus C-Max en
el que viajaban una madre junto a sus dos hijos de 4 y 6 años, perdió
también el control debido a las placas de hielo y arrolló mortalmente a
la tía y a la pequeña de 10 años, impactando acto seguido contra el Opel
Zafira. El tercer ocupante de este turismo, el niño de 12 años, resultó
herido de gravedad, por lo que fue trasladado de urgencia al Complejo
Hospitalario de Navarra. También fueron evacuados la madre y los dos
hijos del Ford Focus, aunque posteriormente fueron dados de alta al
sufrir solo lesiones de carácter leve.
Más suerte tuvieron los ocupantes de otro vehículo, que
salvaron la vida de milagro después de que les sorprendiera un
desprendimiento de tierra y rocas en la carretera NA-2420 -que une las
localidades navarras de Torres de Elorz y Monreal-, y que afectó también
a la Autovía del Pirineo, la A-21. La lengua de barro y piedras invadió
la calzada de repente, pero lejos de aplastar al coche, éste 'flotó'
sobre ella. Aunque el desprendimiento sacó al turismo de la calzada, sus
ocupantes no sufrieron daños.
EA2CPG