El alcalde y los afectados improvisaron pequeñas
escolleras para evitar la entrada del agua en las casas y “una vecina
dejó que desviáramos el agua a su jardín”. Así, con la ayuda del 112 y
sacos de arena “hemos ido sacando el agua”, explicó el regidor. Otra vez
se volvió a ver a los vecinos con la escoba desesperados intentando
sacar el agua de sus bajos. “Estoy rezando para que no vuelva a pasar”,
decía desesperado ayer el alcalde al medio día.
La solución a este problema depende, en cierto modo, de
la voluntad de los vecinos, según se desprende de las explicaciones
dadas el pasado domingo por el alcalde. “Al lado de esta urbanización
hay una mies muy grande y todo el agua baja por ahí y viene a parar a
estas casas”, señalaba. La solución, decía, “pasa por instalar un tubo
para canalizar el agua, “pero no todos los vecinos quieren que este tubo
atraviese sus fincas”. El alcalde explicó que “este problema podía
estar solventado, pero aún hay propietarios que se niegan a que así
sea”. El alcalde mostraba ayer su desesperación y ponía sus esperanzas
en el Gobierno de Cantabria. “Espero que desde allí planteen una
solución más drástica porque llevamos toda la noche sin dormir”, espetó.
A las tres de la tarde la situación se encontraba prácticamente
controlada.
La zona de Carrejo, en Cabezón de la Sal, también se vio inundada ayer
de nuevo. “En la entrada del pueblo hay un bloque de viviendas
semiabandonado que también se ha inundado”, explicaba un vecino.
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