Cantabria, principalmente las cuencas de los ríos Saja y
Besaya, trató de aprovechar la tregua que dio ayer el cielo para
recuperar el aliento. Para limpiar calles, bajos, garajes, caminos y
carreteras que el agua inundó y, también, para reparar infraestructuras
que, como en el caso de la línea ferroviaria, quedó cortada por varios
argayos y dejó sin servicio la conexión por tren con la Meseta y Madrid.
Adif, la encargada de mantener esa infraestructura, lleva
trabajando en la vía desde el sábado por la tarde. Es cuando tuvo
conocimiento de los problemas que comenzaban a causar algunas
torrenteras que se salían de madre y podían socavar la grava que
sustenta los raíles, así como de argayos a pie de vía. Al final la línea
tuvo que ser cortada porque uno de los argayos alcanzó los carriles de
la línea entre Los Corrales y Las Fraguas.
Ayer eran cuatro los puntos del recorrido -todos situados
entre Barros y Las Fraguas- en los que trabajaban los operarios
encargados del mantenimiento. Esas cuadrillas necesitaron el apoyo de,
al menos, dos retro excavadoras para retirar el material caído sobre la
vía y el talud así como, en otro de los casos, para reponer parte de la
grava y balasto que la fuerza de una torrentera había arañado a la vía
hasta dejarla prácticamente desguarnecida.
Trenes afectados
Como consecuencia de todo ello quedaron afectadas la
línea de Larga Distancia entre Santander y Madrid, así como las
Cercanías entre Santander y Reinosa. Solo funcionó la conexión
Santander-Torrelavega. En otras palabras: el corte afectó a los seis
Alvia con -y desde- la capital de España, seis de Media Distancia con
Valladolid y otros trece de Cercanías. De modo que para mantener el
servicio Renfe tuvo que habilitar un dispositivo de transbordo de
pasajeros en autobús entre las estaciones de Santander y Reinosa, desde
donde reemprendían camino en tren.
Las labores para reparar los daños continuaban anoche con
todo el personal disponible. Tras retirar y valorar los desperfectos en
la vía, Adif confiaba en acabar a tiempo para que el servicio se
pudiera reiniciar esta misma mañana con la programación habitual de un
lunes. Salvo el primer Alvia, que lo haría desde Reinosa.
Los desperfectos habidos a lo largo de ese tramo de vía
entre Barros y Somahoz vienen a resumir cómo lo más duro de la tormenta
provocada por la ciclogénesis del sábado se cebó principalmente en el
valle de Buelna, además de en puntos concretos del curso medio del Saja.
'Gong' dejó tras de sí en el valle de Buelna un panorama
desolador: inundaciones en una veintena de urbanizaciones y barrios
desde Barros y San Mateo hasta el centro de Los Corrales; innumerables
garajes y naves industriales anegadas; lodo y piedras por doquier y
cortes de carreteras. La última, la CA-802 de Los Corrales a Collado, en
la que un argayo por debajo de la carretera dejó sin sustento la
calzada y obligó a limitar el paso a un carril y sólo a vehículos. La
tregua que dio ayer el tiempo, sin lluvia al menos durante las horas
centrales, permitió que centenares de personas pudieran afanarse en la
limpieza de sus propiedades y en retirar barro y desperfectos.
Requerimiento a la CHC
Una primera estimación cifra ya en varios millones las
pérdidas en la comarca. Es el caso del polígono industrial de la recta
de la Agüera, entre Los Corrales de Buelna y San Felices de Buelna,
donde más de una veintena de empresas se han visto inundadas por un
pequeño arroyo. Factorías como Greyco, con un metro de agua, tendrán
difícil abrir hoy, como otras tantas en esa recta, según informa Nacho
Cavia. Así se lo explicó el alcalde de San Felices, José Antonio
González Linares, al presidente, Ignacio Diego, y a la diputada y
alcaldesa de Los Corrales de Buelna, Mercedes Toribio Ruiz, cuando los
tres visitaron la zona para comprobar sobre el terreno los destrozos.
Los tres coincidieron en enviar un requerimiento inmediato a la
Confederación Hidrográfica del Cantábrico para que limpie el cauce del
arroyo que cruza aquel polígono. Y es que los ríos, en general,
aguantaron bien las tremendas descargas de agua que cayeron la víspera.
Los que no dieron más de sí fueron torrenteras y
riachuelos, que acabaron desbocados. Como el que baja desde el monte
Orza por el barrio de La Nogaleja hacia el Muriago, a las puertas de Los
Corrales, que anegó de piedras una arqueta y provocó las inundaciones
posteriores.
Los cauces principales de la región, según la
Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC), estaban ayer en los
límites normales. Aunque bajaban con mucho caudal, ninguno era objeto de
seguimiento especial. De momento. Porque, ojo, los chubascos no van a
cesar en toda la semana y la nieve puede situarse en cotas muy bajas,
especialmente hoy por la tarde y mañana todo el día. Ayer se depositaron
hasta 20 centímetros en Brañavieja.
EA2CPG