Habían alquilado el microbús precisamente para evitarse un problema en la carretera, que, aún así, decidió buscarles uno en las inmediaciones de Pesquera, en una recta sin peligro aparente, donde el vehículo se salió de la vía y quedó recostado sobre el arcén. Al lado quedaba el cuerpo inerte de Judit Sardón Bedia, de 29 años y compañera sentimental de Víctor, que iba a pasar su cumpleaños feliz con su pareja y 23 buenos amigos. La mayoría de ellos resultaron heridos y tuvieron que ser evacuados en medio de una gran granizada. En helicóptero, en ambulancia... Dantesco.
Muy difícil de explicar, la verdad, el accidente se produjo a las dos menos cuarto de la tarde de ayer en la autovía A-67, cuando el vehículo –un microbús Iveco de la compañía ‘Gerardo Ruiz’ contratado por un grupo de 25 amigos de Pontejos que iba a celebrar en tierras campurrianas el cumpleaños de uno de ellos– salía del túnel de Somaconcha para encarar ya los últimos kilómetros del trayecto.
Por causas que la Guardia Civil todavía estaba investigando ayer, el conductor perdió el control del microbús, que en un tramo recto y con una visibilidad excelente se salió por la margen derecha de la carretera y volcó del mismo lado sobre el arcén.
Como consecuencia del accidente fallecía uno de los 25 pasajeros, una joven luego identificada como Judit Sardón Bedia, de 29 años, y resultaban heridos 24 viajeros y el propio conductor del microbús, del que nadie consiguió salir completamente indemne.
La evacuación
Tan pronto conoció el accidente y las posibles dimensiones del mismo, el servicio de emergencias 112 organizó una operación de auxilio en la que participaron numerosas dotaciones de la Guardia Civil, de los bomberos y del 061 llegadas desde diferentes localidades próximas que, a su llegada, encontraron un escenario realmente desolador sobre el que rápidamente se pusieron a trabajar.
Tras verificar el fallecimiento de la joven Judit y realizar una primera exploración a todos los heridos, los primeros médicos en llegar estabilizar a los heridos más graves hasta que fue posible su evacuación. En concreto, los sanitarios atendieron a un pasajero con un traumatismo craneoencefálico y a un viajero con un neumotorax. El primero fue evacuado hasta el Hospital Marqués de Valdecilla a bordo del helicóptero del Gobierno de Cantabria y el segundo fue trasladado hasta el Hospital Sierrallana de Torrelavega en una UVI medicalizada y luego derivado también a Santander.
Igualmente, otros dos accidentados tuvieron que ser trasladados al centro médico torrelaveguense. Uno era el compañero sentimental de la chica fallecida, Víctor, que además de algunos golpes y cortes, presentaba un cuadro de ansiedad que no logró controlar siquiera tras la pronta llegada de su familia al centro médico.
El resto de heridos, otros 21, fueron evacuados al Hospital Tres Mares de Reinosa, que recomendó la evacuación de uno de ellos a Santander y realizó las correspondientes curas a los demás.
Con todo, a última hora de la tarde de ayer sólo permanecían hospitalizados los tres pasajeros heridos llegados al Hospital de Valdecilla desde el lugar del siniestro (uno) y desde los centros médicos de Torrelavega y Reinosa (otros dos), todos con heridas de pronóstico reservado aunque en realidad no revisten gravedad.
El conductor y los 21 acompañantes de Judith fueron dados de alta por encontrarse bien. Físicamente. La muerte de la chica les ha lesionado el ánimo.
Un carril
El accidente, ocurrido en torno a las dos menos cuarto de la tarde, la evacuación de todos los heridos, una operación que se prolongó hasta pasadas las tres y media, y los trabajos de limpieza de la carretera, que no quedó libre hasta las cinco, obligó a limitar la circulación por la Autovía de la Meseta en dirección a Reinosa a un solo carril hasta cerca de las seis, hora aproximada a la que quedó abierto todo el ancho de la calzada.
Golpes y crisis de ansiedad
Víctor fue atendido de una crisis de ansiedad y dado de alta a lo largo de la tarde, al igual que otro de los heridos, que presentaba diversas contusiones. El tercero, en cambio, que sufrió un traumatismo torácico, fue trasladado a Valdecilla, donde permaneció anoche en observación, junto a otros dos de los pasajeros heridos.
A Tomás Cobo, presidente del Colegio Oficial de Médicos de Cantabria, le tocaba trabajar ayer en Sierrallana y confirmó a este periódico que el hospital se preparó para atender a los heridos nada más tener conocimiento del accidente, a las dos y cuarto de la tarde, para doblar los turnos de guardia en urgencias, pero finalmente no fue necesario. También se unieron al dispositivo dos cirujanos, aunque al final hubo menos trabajo del esperado.
Eso sí, no faltaron el ir y venir de ambulancias durante las primeras horas de la tarde, los momentos de tensión y las lágrimas en la sala de espera y las inmediaciones del servicio de urgencias en una tarde fría y ventosa.
Los familiares y algunos amigos de los heridos mostraron su preocupación aunque sólo algunos, los más cercanos, pudieron acompañar a los contusionados mientras fueron atendidos.