Hoy por hoy es imposible acceder por
carretera a la villa de Luarca, capital del concejo de Valdés, sin
encontrarse con problemas en el pavimento de las carreteras o con
argayos. La carretera nacional 634 tiene dos desprendimientos de tierra.
Es competencia del Ministerio de Fomento. En sentido Luarca desde
Almuña hay un argayo de notables dimensiones (el origen son las
continuas lluvias que se registraron estas últimas semanas) que ha
obligado a dejar inoperativo un carril. Se ha instalado un semáforo que
regula el paso de los vehículos.
En la misma carretera N-634, saliendo hacia
(cerca de Vistalegre), la situación es similar. En este caso, el argayo
tiene ya dos años y medio y se produjo en junio de 2010, tras un
intenso temporal de lluvias. Se ha limpiado la carretera, pero como
medida de precaución el carril de circulación lenta (afectado por el
desprendimiento) permanece cerrado al tráfico e inutilizado. Lleva así
más de dos años.
Esos son los accesos principales a la
villa, Pero hay otros tres. En la AS-219, en sentido Navelgas y Pola de
Allande, también hay problemas. El pasado miércoles, otro argayo cortó
el paso. En este caso, la carretera es de titularidad autonómica. Ayer,
operarios de la Dirección General de Infraestructuras trabajaron en la
limpieza y adecuación de la zona donde tuvo lugar el argayo. El fin:
evitar que se vuelva a producir y restablecer el tráfico. El segundo
objetivo se pretendía lograr ayer a última hora de la tarde. Lo que no
está claro es que se puedan evitar nuevos desprendimientos. Los propios
operarios lo explicaron: «El problema principal es que sin una escollera
seguirá cayendo». La altura de los eucaliptos hace que, con lluvia y
viento, el movimiento de las raíces sea más fácil y éstas, a su vez,
trasladen las piedras. La tierra es muy blanda, advierten los operarios.
En la travesía de La Peña, que lleva de
Luarca a San Martín, también se tuvo que lamentar un desprendimiento
hace dos años, en este caso por derrumbarse un muro de contención de una
propiedad privada, según dijo entonces el gobierno local. El origen
podría ser un bolsa de agua.
La carretera que comunica la
capital valdesana con la parroquia de La Montaña (AS-236) también tiene
problemas. No hay argayos, pero sí socavones en la calzada tras las
lluvias de mediados de enero. Al parecer el agua se desbordó de las
canalizaciones existentes y afectó a la estructura de la vía.
En
la carretera del Faro de Luarca, ahora ya señalizada, tampoco van bien
las cosas. Es la única de titularidad municipal, según el concejal de
Obras, Balbino Suárez. Hace tres semanas, el Ayuntamiento tapó varios
baches, origen de quejas vecinales.
Suárez se mostró ayer
«casi desbordado» por la numerosos casos que afectan a las carreteras
que dan acceso a la capital de Valdés. Otro frente es la red de caminos
rurales, «también con necesidades» y algunos «muy abandonados». El
gobierno ha invertido parte de una partida del Principado en la mejora
de los caminos rurales. Aún así, cree que las dotaciones para el
mantenimiento y mejora de estas infraestructuras «son insuficientes».
EA2CPG