Una avería en una línea subterránea de 12 kilovoltios de
la subestación de Tanos ha dejado sin luz durante cincuenta minutos a
1.200 clientes de E.ON en la zona centro de la ciudad. La incidencia se
ha producido a las 18.30 horas y ha afectado en un principio a varias
zonas de Torrelavega, pero a los diez minutos se ha restablecido la luz
en todas las calles, excepto en algunos lugares céntricos que han
permanecido a oscuras hasta las 19.20 horas.
La zona más afectada y en la que más tarde se restableció el suministro correspondió, entre otras, a las calles Pablo
Garnica, Hermilio Alcalde del Río, Avenida Menédez Pelayo, Plaza Piqué y
Varela, Bulevar Demetrio Herrero y un tramo de José María Pereda.
En cuanto se produjo el corte de luz, los técnicos de E.ON se han
desplazado a los respectivos centros de transformación afectados para
solucionar la avería, cuya causa aún se desconoce.
El apagón ha provocado el lógico malestar entre los
afectados, sobre todo en aquellos comercios y negocios de hostelería que
han tenido que parar su actividad al no contar con suministro
eléctrico. Algunos semáforos se han visto afectados, pero no ha habido
problemas circulatorios ya que agentes de la Policía Local se han
encargdao de dirigir el tráfico.
Precedentes
No es la primera vez que Torrelavega se queda sin luz,
aunque esta avería no ha alcanzado las dimensiones del gran apagón que
se produjo hace casi un año, que afectó a 10.000 clientes durante 14
horas y que calcinó por completo el centro de transformación de la calle
Pablo Garnica.
La compañía procedió al derribo del antiguo edificio y le
sustituyó por unas nuevas instalaciones «más modernas y de menor
tamaño, trabajos en los que invirtió 200.000 euros. La actuación de la
compañía eléctrica en Pablo Garnica se une a otra que ha llevado a cabo
en la comarca, cuando puso en servicio cuatro nuevas líneas subterráneas
de media tensión para garantizar una mejor seguridad y calidad de
suministro eléctrico en los municipios de Torrelavega, Suances y
Santillana del Mar. Se trata de una actuación de la que se beneficiaron
directamente 40.000 personas.
La comarca de Campoo registró esta madrugada rachas de viento de más de 100 kilómetros por hora, mientras que el aeropuerto de Parayas no ha registrado a primera hora de este viernes ninguna indicencia relacionada con el viento pese a que varios aviones han tenido dificultades para aterrizar y despegar,
cambiando incluso las trayectorias de entrada al aeropuerto como suele
hacerse cuando el viento está en contra. Todos los vuelos previstos han
partido y llegado con normalidad pese a que Cantabria está, entre las
6.00 y las 15.00 horas, en alerta naranja por vientos del sur y suroeste
que pueden alcanzar los 110 kilómetros por hora.
Por el contrario, han sido desviados al aeropuerto
santanderino dos vuelos que debían aterrizar en Bilbao procedentes de
Madrid y Valencia, según han informado fuentes de Aena.
Una treintena de incidencias
El fuerte viento que se ha registrado ha provocado desde
la pasada madrugada una treintena de incidencias en distintos puntos de
la región, la mayoría por la existencia de carteles y vallas sueltas, y
por la caída de árboles, cascotes y cristales.
Los lugares donde se han producido la mayoría de los
incidentes son Castro Urdiales, Santander, Camargo, Reinosa, Medio
Cudeyo y Torrelavega, según ha informado el Gobierno de Cantabria en un
comunicado.
En concreto, esta madrugada el viento desplazó un tubo en
calzada de la carretera N-635 (Medio Cudeyo) y varios contenedores en
calzadas en Santander. Además, un árbol cayó en la calzada en la N-623
(Luena).
Ya por la mañana, sobre las siete, se registró una señal
caída en la autovía A-8 (Medio Cudeyo); y vallas en la calzada en el
campo de fútbol Ríomar (Castro Urdiales); varios contenedores en la
calzada en Santander; y la caída de un árbol en la carretera CA-242
(Entrambasaguas).
A lo largo de la mañana se han encontrado vallas de obra
caídas en Reinosa; una señal en la calzada de la N-623 (Pielagos);
árboles en las carreteras CA-256 (Soba) y Alto de la Cruz (Castro
Urdiales).
El viento también afectó a varios setos con riesgo de
caída en Torrelavega; un árbol con riesgo de caída en la N-634 (Liendo);
la caída de cristales en Reinosa; el desprendimiento de luces navideñas
en Castro Urdiales y el de un cartel en Hera (Medio Cudeyo); un árbol
en la CA-272 (Valderredible); una valla suelta en Gama (Bárcena de
Cicero); y cables caídos en San Miguel de Meruelo y Matamorosa.
Las últimas incidencias han sido un cartel suelto en La
Población (Campoo de Yuso); quima suelta en la CA-142 (Astillero);
carteles sueltos en Santander; y caída de cascotes en Maliaño (Camargo) y
Torrelavega.
Por la tarde, la alerta pasará a ser amarilla
A partir de las tres de la tarde Nicky perderá algo de
potencia, con rachas máximas de 80 kilómetros por hora, con lo que el
nivel de alerta bajará a amarillo. De modo que no queda otra que
extremar la precaución en l acalle. Tanto al conducir como al pasear
ante la posible caída de ramas, muros o cornisas. También se recomienda
afianzar puertas, ventanas y aquellos objetos que puedan caer a la vía
pública.
Y aunque ese fuerte viento cesará a última hora de la
tarde, las ráfagas volverán a aparecer el sábado pues Aemet mantiene la
alerta, esta vez para Campoo, Liébana y valles centrales. Otra de las
consecuencias de esa borrasca extra tropical será el mar de fondo que
llegará el sábado. Si hoy el paseo por la costa puede resultar peligroso
ante la combinación de viento y golpes de mar, mañana será aún más
desaconsejable: pueden golpear contra los acantilados olas de más de 5
metros.
Para Alto Campoo, esta surada puede provocar una
disminución en la nieve acumulada pues al efecto del viento se suma la
subida de temperaturas. Afortunadamente el lunes vuelve a entrar otro
frente que hará bajar la cota de nieve.
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