El estallido agrietó los alrededores de esta elevación por lo menos en dos hectáreas a la redonda, pero por fortuna sin consecuencias fatales.
El área es poco habitada. Esta es frecuentada regularmente por labriegos que tienen allí sus parcelas, quienes tras la jornada diaria de trabajo se devuelven a sus casas.
Casualmente, las decenas de campesinos que años atrás residían en esos alrededores, optaron por abandonar sus viviendas, buscando refugios más seguros después de que este mismo volcán entrará en actividad hace unos 14 años.
"Los campesinos de la zona ya estaban muy "pilas" y por eso no sucedió nada pero están asustados", expresó Antonio Morales, inspector de la zona, quien solicitó la presencia inmediata del Ingeominas.
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