De hecho, los vecinos podrían estar meses en los tres campamentos habilitados por los servicios de emergencias en el barrio de La Viña, que es el más afectado y que los vecinos denominan ya como 'pueblo fantasma' porque está totalmente desalojado; en el Instituto Ibáñez Martín; y en el Huerto de la Rueda, según las previsiones del consistorio.
Se da la circunstancia que, en ese barrio, algunos edificios que han sufrido destrozos no superan los cinco años de antigüedad.
No obstante, el ayuntamiento ha expresado su convencimiento de que con el apoyo, coordinación y unidad de las tres administraciones el tiempo se pueda ver reducido, pero todo depende de cómo evolucione la situación en las próximas semanas.
En la actualidad, quedan unas 2.000 personas en esos campamentos, ya que muchos ciudadanos han podido volver a sus casas tras la evaluación pertinente que los técnicos han realizado y otros tantos se han desplazado a municipios próximos, a viviendas de familiares o residencias veraniegas.
A ello hay que unir la colaboración y solidaridad del conjunto de la sociedad española y las empresas, que ofrecen tiendas de campaña, frigoríficos y alimentos, entre otras cosas.
Las labores de análisis de los técnicos continúan este viernes, en un dispositivo formado por más de 200 efectivos y dividido en 26 equipos de siete técnicos, que ya han evaluado el 70 por ciento de los edificios de la localidad.
Además, 12 equipos de diez albañiles con maquinaria ligera están trabajando en las tareas de limpieza y retirada de escombros, cornisas y balcones para garantizar la seguridad en las calles y facilitar el paso a los edificios, bajo la coordinación de un jefe técnico que evaluó, en un primer momento, las infraestructuras. Junto a ellos, seis equipos de bomberos se encargan de las labores de mayor dificultad y riesgo en la retirada de cascotes.
SIN SABOTAJES NI ROBOS
En rueda de prensa, el comisario de Lorca, Francisco de Paula García, ha destacado la eficacia de su equipo, "capaz de reaccionar y atender desde el primer minuto", mientras que el jefe superior de la Policía Nacional, Carlos Llorente, ha resaltado la actitud cívica de la ciudadanía y la coordinación de los profesionales que han conseguido que el municipio no sufriera los típicos sucesos de sabotajes y robos que se dan en estas circunstancias.Por su parte, el jefe de Seguridad Ciudadana de la Comisaría de Murcia, Ignacio del Olmo, ha subrayado que acudieron a la localidad para ayudar y colaborar en las diversas tareas que se prologan ya tres días.
Tres agentes más del CNP se han sumado a la rueda de prensa para relatar su experiencia durante el rescate de varias víctimas, entre ellas un niño y una familia con un menor; momentos, han comentado, "en los que solo escuchas ruidos y gritos pero que solo piensas en ayudar". Uno de los policías también ha apuntado que ha sido víctima del seísmo, ya que su vivienda está afectada.
"En momentos como estos no se puede descansar y trabajamos intentando devolver la normalidad cuanto antes al municipio", han dicho, tras subrayar que es la primera vez que han vivido "algo tan fuerte y emotivo".
De hecho, el consejero de Obras Públicas y Ordenación del Territorio, José Ballesta, explicó este viernes, tras la reunión del Consejo de Gobierno extraordinario celebrado en Lorca, que el Equipo de Coordinación que dirige la Comunidad Autónoma para la evaluación de los edificios y viviendas afectadas por el seísmo, y el Ayuntamiento de Lorca, ya ha obtenido información de las 26 áreas de actuación delimitadas en la ciudad y ha revisado un total de 1.374 edificaciones.
Ballesta indicó que los trabajos se encuentran actualmente al 80 por ciento de su ejecución y finalizarán hoy, y subrayó que "en estos momentos, lo más importante son las personas y garantizar su seguridad", según han informado fuentes del Gobierno regional en un comunicado.
El 48 por ciento de las edificaciones han sido señalizadas con el color verde, por lo que las familias residentes pueden regresar a sus hogares con total tranquilidad. El 40 por ciento de los edificios evaluados han sido marcados por los técnicos con el color amarillo y un 12 por ciento con el color rojo.
De este modo, las edificaciones marcadas en la entrada con el color rojo presentan algún daño estructural y está prohibido su acceso por el momento, aunque no necesariamente deberán ser derribadas.
Las edificaciones identificadas con el amarillo no presentan daños estructurales, por lo que sus habitantes pueden entrar a recoger sus enseres, aunque no deben permanecer en ellas, ya que las viviendas pueden presentar algún riesgo para su habitabilidad y se hace necesaria la intervención de los Bomberos y la UME para eliminar cualquier riesgo.
Asimismo, los efectivos de la Unidad Militar de Emergencias y los Bomberos están accediendo a cada edificio señalizado con el color amarillo que, tras los trabajos oportunos, se marcarán con el verde, por lo que sus inquilinos también podrán volver a sus viviendas con normalidad.
Los trabajos del Equipo de Coordinación dirigido por la Comunidad y el Ayuntamiento están siendo realizados por los más de 200 profesionales movilizados entre arquitectos, ingenieros, aparejadores y técnicos procedentes de la Administración y voluntarios de los Colegios profesionales.
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