El CSN estudia sancionar a la central, que detectó un procedimiento erróneo hace 18 años y no lo corrigió - La empresa admite el error pero niega riesgos.
Desde el primer día de su puesta en marcha, en 1988, la nuclear de Vandellós II (Tarragona) emplea procedimientos erróneos para revisar al menos 60 válvulas de seguridad que se han mantenido a lo largo de 23 años, lo que menoscaba el adecuado funcionamiento de la central. Así lo indica una inspección del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), máxima autoridad atómica española, que el pasado marzo analizó los procedimientos de la planta propiedad de Endesa e Iberdrola tras detectar reiterados fallos en las pruebas de tarado de estas válvulas en los últimos años. Se trata del proceso para calibrar las válvulas, detectar los desajustes causados por el uso de las mismas y garantizar que solo se accionen según lo programado. La inspección del Consejo solicita la apertura de un expediente sancionador contra la planta por mantener el error durante décadas pese a que la central ya lo detectó en 1993; y subraya la "valoración inadecuada del impacto en la seguridad" que este desajustes ha generado en el funcionamiento de la central.La dirección técnica del CSN se halla preparando un informe para el pleno del Consejo, que próximamente decidirá si instruye un proceso sancionador contra la nuclear, señaló el Consejo a este diario. La sanción recaería sobre ANAV, el consorcio de Endesa e Iberdrola que gestiona los tres reactores instalados en Cataluña.
En este caso, ANAV admite que ha incumplido la norma pero afirma que ya ha revisado el tarado de todas las válvulas. También sostiene que la irregularidad apenas implica riesgos en seguridad dado que "casi no hay diferencia" entre el mecanismo empleado por Vandellós II y el exigido por la normativa. El CSN, por su parte, vincula el mal procedimiento con los reiterados fallos de las válvulas y lamenta que la planta trate de minimizar los efectos del mal procedimiento mediante "percepciones no contrastadas con análisis". También reprocha que la normativa "no está claramente entendida ni asumida" por la dirección de la central. Y reclaman explicaciones ante "la incapacidad de la planta para identificar el problema hasta la intervención del CSN". Hace dos semanas, Vandellós II se desconectó forzosamente de la red porque una válvula se abrió y dificultó controlar la presión del reactor. Se trata del mismo tipo de fallo que Vandellós II acumula por decenas en los últimos años, añaden fuentes del CSN.
La nuclear incumple la norma aplicable desde 1981 que determina que las válvulas de seguridad instaladas en circuitos líquidos -que en su mayoría contienen agua empleada para regular la temperatura y la presión del reactor- requieren ajustarse periódicamente mediante pruebas realizadas con ese mismo líquido. Vandellós II, sin embargo, las evalúa únicamente mediante aire, lo que altera los cálculos sobre los niveles de presión que accionan estas válvulas, advierte el CSN.
"Hay varios centenares de válvulas de seguridad en una nuclear", detalla Xavier Díes, catedrático de Ingeniería Nuclear de la Universitad Politécnica de Cataluña. "Están diseñadas para abrir o cerrar herméticamente un circuito cuando este alcanza una presión determinada", ilustra. "Si están mal calibradas, pueden abrirse o cerrarse de forma imprevista cuando el circuito se encuentre a unos niveles de presión distintos de los que deberían accionar la válvula".
La perdurabilidad del error desde los años ochenta hasta la actualidad parece responder a una cascada de malentendidos y descoordinaciones entre distintos departamentos de la nuclear, según ANAV. En 1993, el área de Garantía de Calidad de Explotación detectó el error y emitió una orden para subsanarlo. Este y otros departamentos de la nuclear fueron reenviándose esa misma orden pero modificándola y tergiversando progresivamente su contenido. Hasta que en 1995 la planta aprobó el procedimiento erróneo sin notificarlo al CSN ni contrastarlo en ningún momento con la normativa.
Ello arroja dudas sobre el mecanismo de autorrevisión de la planta. El CSN apunta que Vandellós II presentan "cierta debilidad formativa": ni contrasta ni revisa los procedimientos de la central mientras reparte responsabilidades sin que estén "claramente definidas". "No parece que tenga la comunicación necesaria para verificar el cumplimiento de la normativa", puntualiza el Consejo.
El error, sin embargo, tampoco se detectó en las múltiples inspecciones realizadas por el CSN. La anomalía solo se ha revelado, precisamente, mediante otra irregularidad: en 2010, el Consejo exigió a la nuclear investigar los errores de las válvulas como requisito para renovar la licencia de explotación hasta 2020. La planta cerró un análisis al respecto pero en realidad no inició ese examen hasta enero y notificó el fallo al Consejo cuando este ya había concedido la licencia. El CSN clasificó el suceso de nivel uno en la escala INES, que mide la gravedad de los incidentes nucleares en una gradación del cero al siete, y envió la inspección que ha revelado un error que Vandellós II arrastraba desde el primer día.
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