Toda la costa de la provincia de A Coruña y gran parte del norte de la península de O Salnés, ya en Pontevedra, se hallan en alerta extrema ante el riesgo de padecer incendios forestales. Se trata del nivel máximo en una escala de uno a cinco que elabora a diario la Xunta y que mide el nivel de peligro en función del estado de la biomasa forestal, del suelo y, sobre todo, del tiempo. La ausencia de lluvias y el predominio de viento fuerte del norte, que arreciará más mañana, han encendido la luz roja en el mapa que actualiza Medio Rural y que refleja el índice de risco diario de incendios forestais (IRDI).
La alerta máxima se extiende también a otras comarcas del interior de A Coruña, como Bergantiños, Xallas o Santiago. Y gran parte de Galicia se halla en nivel de riesgo alto o muy alto, tal y como ocurre en Lugo y Pontevedra. Ourense, que otras veces padece una mayor vulnerabilidad al fuego, se encuentra en el nivel bajo de la escala. Las previsiones meteorológicas apuntan a que A Coruña mantendrá hoy el riesgo extremo como consecuencia del viento norte, que irá desapareciendo en la jornada del domingo.
Medio Rural mantiene la prohibición de efectuar quemas de restos agrícolas o forestales desde el pasado 11 de mayo por elevado riesgo de que se desencadenen fuegos incontrolados. Precisamente ayer, los servicios de extinción dieron por sofocado el incendio de Boiro, que ha arrasado 50 hectáreas y que ha requerido la presencia de 13 brigadas, 2 Grumir -grupos municipales de intervención rápida-, 11 motobombas, 5 helicópteros y dos aviones. Más pequeño fue el que se registró en la parroquia de Santa María de Ardaña, en el municipio de Carballo: Medio Rural informó ayer sobre la extinción de un fuego que ha devastado 20 hectáreas de monte. Ardió también en Vilaseco (Vimianzo) y Canduas (Cabana).
Pese a las críticas de los grupos de la oposición, el Gobierno gallego sostiene que los daños causados por los incendios en lo que va del 2011 son similares a los de otros años, e incluso menores si se comparan con los ejercicios del 2008 y el 2009. Ourense ha sido, hasta ahora, la provincia más afectada por el fuego, donde han ardido unas 2.000 hectáreas. Desde el final del invierno, la provincia registró más de una treintena de incendios con una superficie arrasada igual o superior a las 20 hectáreas cada uno.
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