El famoso meteorito ha dejado huella no solo en las ciudades
de la región rusa de los Urales, sino también en la mente de sus habitantes,
que no dejan de preocuparse por la
situación ecológica en la zona que, según sospechan, podría haber resultado
afectada por el fenómeno.
Por iniciativa de los ciudadanos, los científicos de la
Universidad Estatal de Cheliábinsk decidieron analizar el estado de la nieve en
la ciudad. Los resultados de las pruebas revelaron alarmantes niveles de la
contaminación de la nieve.
Así, los expertos descubrieron que el contenido de los
derivados del petróleo supera más de 160 veces lo permitido. También informaron
de niveles elevados del zinc (45 veces más altos de lo normal) y del cobre (42
veces más altos).
Sin embargo, los investigadores tranquilizaron a los
habitantes de la ciudad declarando que se trata de la contaminación causada por
el transporte, y no de algo ´raro´ traído por el meteorito.
La explosión del meteorito en Cheliábinsk provocó al menos
1.200 heridos. Su onda expansiva causó daños en edificios de seis ciudades y
cortó temporalmente las comunicaciones telefónicas.