Al menos 11 incendios forestales se desataron este domingo en el
departamento San Luis de Potosí, al centro de México, y causaron alerta a
las autoridades, que pese a horas de trabajo, no han podido contener el
avance de las llamas.
Medios locales reportaron que los fuertes
vientos, con rachas de hasta 60 kilómetros por hora, han reactivado la
oleada de incendios que afectan a 27 de los 58 municipios que conforman
la entidad potosina.
Al menos dos mil 500 hectáreas ya han sido
consumidas por el fuego, y las autoridades han admitido que una gran
cantidad de fauna silvestre se ha perdido a consecuencia de los
incendios.
La Dirección Estatal de Protección Civil ha comenzado a
recibir apoyo de la población para enviar víveres a las personas
damnificadas, pero también para abastecer de agua y alimentos no
perecederos a los brigadistas, personal especializado y voluntarios que
combaten los siniestros.
La situación generó tal alarma que al
menos 400 de los habitantes de la zona tuvieron que ser evacuados, así
como otros han sido reubicados para proteger sus vidas.
La
Secretaría de la Defensa Nacional precisó que el fuego es más intenso en
la zona de la Huasteca, y ante el riesgo que significan las llamas se
implementó el plan DN-III para la protección de la población.
Por su parte, el gobierno de la entidad informó a través del Consejo de
Protección Civil, que se mantiene en reuniones permanentes, a fin de
analizar cuáles de los municipios afectados serán declarados como zona
en emergencia.
Varios estados vecinos, particularmente Querétaro, ya han enviado
personal especializado que se suma a las labores de sofocación y
contingencia.
Hasta el momento no se tiene registrada la pérdida
de vidas humanas por esta serie de incendios. El Gobierno indicó que son
mil 500 brigadistas, más personal especializado, quienes combaten los
incendios en la región de la Huasteca potosina y la zona media del
estado.
La gran acumulación de combustible forestal ha impedido
una rápida acción de los brigadistas para controlar el fuego, los que
sumado a las rachas de viento, han reavivado incendios previamente
controlados.