Tres días de incendio, más de 8.000 hectáreas quemadas (15.000 según las estimaciones de los profesionales de las labores de extinción), 800 efectivos luchando contra las llamas, una veintena de medios aéreos y 14 máquinas bulldozer plantando cara al fuego. Es la realidad que vive la comarca leonesa de La Valduerna a raíz del fuego que se iniciaba el pasado domingo a las dos de la tarde en el término de Castrocontrigo, al sur de la provincia de León, y que sigue fuera de control. Un suceso que tiene detrás la mano del hombre, un vecino pirómano que ha puesto a la provincia de León al borde de la tragedia medioambiental.
El incendio continuaba a última hora de ayer activo y en nivel 2 de alerta después de alcanzar un frente de 15 kilómetros que gracias a las condiciones meteorológicas de las 24 horas previas pudo reducirse en buena parte, aunque sin poder darlo por controlado. Hasta el puesto de mando avanzado del 112, habilitado a la entrada de la localidad de Priaranza de la Valduerna, se desplazaba ayer el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, quien señaló que, a pesar de que el Código Penal contempla sanciones y penas «suficientemente graves, aleccionadoras y ejemplarizantes» es preciso que «a través de la investigación y la denuncia de quien ve estas acciones se pongan encima de la mesa de los jueces los datos suficientes para imponer esas condenas legales de acciones que hay que desterrar». Según el presidente, es muy importante «luchar contra esa plaga, contra esos crímenes» que asolan la comunidad y que, en un 93% de los casos, tienen un origen intencionado y, la mitad de ellos, con voluntad de hacer daño.
El director general de Medio Natural de la Junta, José Ángel Arranz, explicó que tras la amenaza a las localidades de Tabuyo del Monte y Torneros de Jamuz, al norte y noreste del origen del fuego, la preocupación se trasladaba ayer hacia el noroeste, aunque con menos riesgo para las poblaciones. El frente activo, dijo, se había trasladado al sur de la Sierra del Teleno después de arrasar las primeras 8.000 hectáreas. No obstante, durante toda la jornada se temió un cambio en la dirección del viento que volviera a arrastrar las llamas hacia los núcleos de población y complicase las labores de extinción a los centenares de efectivos de los servicios de lucha contra incendios de la Junta de Castilla y León, del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente y de la Unidad Militar de Emergencias (UME).
Reconoce el Gobierno autonómico que el de Castrocontrigo es el mayor incendio de los últimos diez años en Castilla y León, superando ya al que en 2003 dejaba un balance de 8.000 hectáreas calcinadas entre las provincias de Ávila y Salamanca. En este sentido, el presidente de Ecologistas en Acción de León, Manuel Martínez, denunció que el impacto ambiental y económico para la zona «es brutal» y afirmó que este territorio tardará 40 años en recuperarse ambientalmente, lo que obligará a muchos vecinos a emigrar, ya que «había un uso sostenible de unos recursos que han desaparecido, como resina, caza, leña y setas».
Nivel 1 en Burgos
Durante toda la jornada continuaron los trabajos en por tierra y aire. El último parte de incendios emitido ayer desde el Gobierno autonómico cifraba en 620 los efectivos desplegados por la Junta que cuentan con el apoyo de seis elementos de intervención de la UME y medios de la Diputación de León.
Otra noche larga para la comarca de La Valdería, pero también para los vecinos de las localidades burgalesas de Fresno de Rodilla y Saldaña, donde al cierre de esta edición continuaban activos dos incendios de nivel 1 que se declaraban a primera hora de la tarde de ayer.
El incendio de Fresno de Rodilla, a 20 kilómetros de Burgos capital y cuyas llamas se han aproximado a 500 metros del municipio, presenta varios focos a ambos lados de la carretera BU-V-7022 y afecta a una importante zona de cultivo de cereal, así como a un bosque de pinos próximo al túmulo prehistórico de 'La Brújula'. Otro foco, más alejado del pueblo, afecta a un parque eólico.
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