El tifón Saola, que causó la muerte a por lo menos 23 personas en Filipinas, ya provocó al menos siete decesos en Taiwán, de acuerdo con la prensa local, aunque el saldo oficial era de tres.
Decenas de vuelos fueron cancelados en el aeropuerto principal de la capital, donde fuertes vientos destruyeron dos pasarelas de acceso, y el transporte ferroviario en toda la isla estaba paralizado.
Para el jueves por la tarde, el vórtice de Saola estaba en el condado norteño de Ilan, donde socorristas usaban botes de plástico y vehículos anfibios para evacuar a centenares de personas de casas inundadas.
Además trataban de localizar al menos a seis residentes varados, aislados del resto de su comunidad agraria cuando las crecidas destruyeron un pequeño puente.
Mantenía vientos sostenidos de 118 kilómetros (74 millas) por hora y ráfagas de 155 kmph (97 mph). El lento desplazamiento de Saola —sólo 12 kmph (7 mph)— hizo casi seguro que las fuertes lluvias que inundaron el norte de Taiwán en las últimas 48 horas seguirán el fin de semana.
Esto aumentó los prospectos del potencial devastador de las inundaciones en áreas que ya absorbieron más de 1.000 milímetros (39 pulgadas) de lluvia desde el martes.
Las siete represas grandes de Taiwán dejaron escapar grandes cantidades de agua como prevención de inundaciones.
Se prevé que Saola pasase al norte de Taipei el jueves antes de salir al mar con rumbo a China continental, 160 kilómetros al oeste.
Las autoridades ordenaron el cierre de oficinas y negocios en todo el norte de Taiwán, incluyendo la capital. Las calles de la capital, que normalmente están agitadas, el jueves estaban desiertas en la hora pico mientras los equipos de limpieza trabajaban para despejar los cientos de árboles y ramas derribadas en la noche por la furia de Saola.
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