El volcán submarino que se abrió el 10 de octubre frente a la costa de La Restinga, en el extremo sur de la isla de El Hierro, mantiene su actividad. Pero esta parece que ha adquirido una especie de velocidad de crucero, sin que haya habido que tomar nuevas medidas o que ordenar nuevos desalojos.
La prueba es que de los cuatro parámetros que se siguen para controlarlo a distancia (volumen de gases emitidos, sismos, tremor y deformación de la corteza), tres mantienen la evolución esperada en este caso. Pero hay uno que ha sufrido una ligera disminución, y eso ha desatado las especulaciones. Se trata del tremor (el temblor de la corteza terrestre por el fluir o bullir del magma). Este ha disminuido en las últimas horas (aunque sea muy superior al de las islas vecinas; ver gráficos, por ejemplo, de El Hierro y la vecina La Gomera), y las explicaciones que baraja el Plan de Protección Civil por Riesgo Volcánico de Canarias (Pevolca) son dos: una, que la pared del cono se haya derrumbado parcialmente (al abrirse la boca el tremor disminuye). Otra, que simplemente la cantidad de magma que sale sea menor.
La prueba es que de los cuatro parámetros que se siguen para controlarlo a distancia (volumen de gases emitidos, sismos, tremor y deformación de la corteza), tres mantienen la evolución esperada en este caso. Pero hay uno que ha sufrido una ligera disminución, y eso ha desatado las especulaciones. Se trata del tremor (el temblor de la corteza terrestre por el fluir o bullir del magma). Este ha disminuido en las últimas horas (aunque sea muy superior al de las islas vecinas; ver gráficos, por ejemplo, de El Hierro y la vecina La Gomera), y las explicaciones que baraja el Plan de Protección Civil por Riesgo Volcánico de Canarias (Pevolca) son dos: una, que la pared del cono se haya derrumbado parcialmente (al abrirse la boca el tremor disminuye). Otra, que simplemente la cantidad de magma que sale sea menor.