Un incendio declarado el jueves por la noche y que se reavivó ayer al mediodía en O Barco de Valdeorras mantiene al municipio ourensano en máxima alerta desde las siete de la tarde de ayer.
Las altas temperaturas (rozaron los 36 grados a las cuatro de la tarde) y el fuerte viento ayudaron a que el fuego, que se inició en Santigoso, se propagase con celeridad. Al cierre de esta edición, las estimaciones provisionales de la Consellería do Medio Rural hablaban de 400 hectáreas quemadas.
En Santigoso, los vecinos tuvieron que hacer uso de sus propios medios para ayudar a apagar el fuego. Las llamas cercaron varias viviendas y algunas explotaciones agrícolas, y afectaron incluso al cementerio local, donde prendieron en el tejado de varios panteones. El incendio continuó su camino ladera abajo, llegando a Soulecín y provocando el primer corte de carreteras de la jornada. El acceso a la vía de Prada estuvo prohibido durante horas por la presencia de llamas al borde del asfalto. Además, había escasa visibilidad debido a una densa humareda, que a las cuatro de la tarde ya era perceptible desde varios puntos de la comarca de Valdeorras.
Cuando la situación parecía que empezaba a estar controlada, un cambio en el viento provocó que las llamas saltasen al otro lado de la montaña, acercándose hacia Viloira, ya en pleno casco urbano de O Barco, una zona llena de edificios. El fuego continuó su trayectoria hacia Coedo, donde quedaron reducidas a cenizas las aceras voladizas de madera; y extendiéndose hasta Raxoá y Millarouso. Ambos pueblos tuvieron que ser evacuados como consecuencia de la cercanía del fuego. No todos los vecinos pudieron ser trasladados, porque el incendio cortó un acceso, razón por la que fueron llevados a una zona alejada del fuego, según fuentes municipales.
No corrieron la misma suerte las viviendas, algunas de las cuales fueron pasto de las llamas. El balance oficial es que habían ardido hasta cinco viviendas, la mayoría habitadas, en Millarouso y San Turxo.
El fuego saltó después a la carretera OU-536, la antigua N-120 (que tuvo que ser cortada al tráfico), llegando a la zona del Campiño de Viloira. Allí arrasó las instalaciones del Punto Limpo, así como la planta de compostaje, donde ardió toda la maquinaria que estaba al aire libre. En la nave se produjeron daños importantes.
Otro salto del fuego sembró el pánico al otro lado del río Sil, donde primero comenzó a arder el barrio de las casas baratas y después continuó hacia el pueblo de Éntoma, donde varias viviendas tuvieron las llamas en el jardín. También la vía de acceso al pueblo tuvo que estar cortada durante algún tiempo por la presencia de fuego junto a los guardarraíles. Las llamas se propagaron después hacia la zona de O Serro, otro barrio del casco urbano, donde un buldócer hizo una zanja para cortarles el paso.
Al filo de las nueve de la noche la Xunta dio por controlado el incendio. Y poco después cesaron su actividad los medios aéreos debido a la falta de luz. Estuvieron trabajando en O Barco seis helicópteros y once aviones. Por la noche seguían un técnico, seis agentes forestales, 18 brigadas, 6 motobombas y una pala. También trabajaron los miembros del parque comarcal de bomberos de Valdeorras, así como los voluntarios de Protección Civil de O Barco.
Cuando ya comenzaba a anochecer se esperaba la llegada a O Barco de miembros de la Unidad Militar de Emergencias (UME), así como de la conselleira de Medio Rural, Rosa Quintana.
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