Las tormentas han afectado al empobrecido país por más de una semana, lo que ha causado la destrucción de cultivos y edificios.
Hasta este sábado, 88 personas habían muerto y 134 quedaron heridas, según el reporte. Más de 5.000 casas fueron destruidas o dañadas, y 12.030 quedaron inundadas, lo que dejó a más de 63.000 personas sin hogar.
Las lluvias torrenciales continuaron este lunes, lo que causó más caos.
“La mayor parte de la República Popular Democrática de Corea sufrirá gran daño por los continuos torrenciales acompañados de rayos”, reportó la agencia, que no ha ofrecido cifras actualizadas desde el sábado.
La destrucción de los campos de cultivo es particularmente preocupante en un país que batalla para ser autosuficiente en alimentos.
Más de 4.800 hectáreas de cultivos fueron arrasados hasta este sábado, y más de 25.700 hectáreas están bajo el agua.
Empleados de grupos humanitarios que operan dentro de Corea del Norte describieron desnutrición severa a gran escala. Un acuerdo con Estados Unidos logrado a principios de año para enviar ayuda al país se desmoronó luego de que el régimen realizó un lanzamiento de un cohete.
El mayor número de muertes hasta ahora por las inundaciones se reportaron en áreas de la provincia de Phyongan del Sur, al noreste de la capital, Pyongyang.
Las fuertes lluvias golpearon este domingo Pyongyang, así como las provincias de Phyongan del Sur y Phyongan del Norte. La capital es la parte más rica y desarrollada del país, utilizada como escaparate por el régimen nuclear. Las provincias son más pobres y tienen una débil infraestructura.
Hasta este sábado, unos 91.809 metros cuadrados de superficie de caminos fueron destruidos por la lluvia, según la prensa estatal.
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