El incendio declarado ayer en el municipio de Glendora, en el condado de Los Ángeles, ha dejado de avanzar y
ya está controlado en un 30 por ciento, por lo que se han levantado la
orden de evacuación en algunas zonas después de que 3.700 vecinos hayan
tenido que dejar sus casas.
El fuego, que comenzó a primera hora del jueves, ha calcinado 1.700 acres,
causado algunos heridos y dañado decenas de edificios, según afirmaron
los bomberos del condado de Los Ángeles en su última rueda de prensa.
Tres jóvenes de entre 21 y 23 años fueron detenidos
ayer por su presunta vinculación con el incendio, después de que los
vecinos dieran la voz de alarma tras ver a tres sospechosos que
abandonaban el lugar del siniestro.
Los arrestados se encuentran en la cárcel de la ciudad de
Glendora y les ha sido impuesta una fianza de 20.000 dólares por
persona.
Uno de ellos se disculpó ante la Policía por estar detrás
del origen del siniestro que, según su testimonio, comenzó cuando el
viento descontroló las llamas de un fuego que habían hecho cuando
acampaban en una zona no habilitada para tal fin.
Fue un vecino quien alertó a las autoridades de la
existencia de un foco de llamas poco después de que se declarara, lo que
permitió evitar que los daños fueran mayores, si bien tras el amanecer la situación era «aterradora», en palabras del alcalde de Glendora, Joseph A. Santoro.
El incendio, el más grave en Glendora desde 1968, obligó a declarar el estado de emergencia y a desplazar a más de 600 bomberos que contaron con apoyo de varios helicópteros y aviones cisterna.
Los vientos amainaron la noche del jueves, lo que
contribuyó al control del incendio; sin embargo, las previsiones
meteorológicas para hoy viernes mantienen en alerta a las autoridades, ante la baja humedad y la posibilidad de fuertes vientos.